Belén Fedullo
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Una semana después de que se anunciara el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, desde el sector citrícola de Entre Ríos no sacaron conclusiones apresuradas. Es que, desde hace al menos 8 años, los productores se encuentran en condiciones que llevan a generar pérdidas tan importantes que han llegado a regalar fruta y pedir la emergencia nacional.
“Estamos esperando algunas reuniones con representantes del gobierno para conocer bien los detalles aunque, en principio, reconocemos que es algo que seguramente nos posicionará a nivel internacional”, dijo Fernando Borgo, tesorero de la Fecier (Federación Entrerriana del Citrus).
“Es una noticia positiva, pero habría que poner en contexto que para que el acuerdo empiece a ejecutarse falta mucho, porque es un proceso, no se trata de algo inmediato. Tenemos que esperar la aprobación de los parlamentos, incluso Francia empezó con algunos problemas y eso hará que se dilate un poco todo. Pero lo vemos como un acuerdo que marcará una agenda y un horizonte. Darle un poco de previsibilidad al sector productivo de la Argentina en este momento significa un paso hacia adelante”, aseguró el productor, en diálogo con Mirador Entre Ríos.
Hace algunos meses, productores de cítricos de la provincia viajaron a Capital Federal para sumarse a un “frutazo” en la Plaza de Mayo y, luego de la entrega gratuita de fruta, pudieron reunirse con distintos legisladores y plantearon la necesidad de la declaración de emergencia. El acuerdo que se celebra a nivel internacional, según entienden, no debería hacer que se pierda de vista lo que sucede en la actualidad.
“En el sector venimos de 8 años de crisis de rentabilidad compleja. O sea que tener previsibilidad en el sector es crucial”, aseguró el integrante de la Fecier, y agregó: “Este acuerdo no soluciona nada en lo coyuntural, porque falta mucho para que pueda llegar a implementarse, pero lo que sí hace es ponernos frente a un espejo y mostrar la realidad de cada sector. En estos momentos tenemos problemas de competitividad, porque hay muchos mercados del mundo que están abiertos y nos está costando muchísimo poder exportar”.
El lado B
Detrás de este acuerdo, según los citricultores, “están las promesas del gobierno de una reforma impositiva, porque somos el país que más impuestos les cobra a los sectores industriales, tenemos una carga tributaria grande. Seguramente también tendremos que hablar sobre las energías, porque no podemos competir con otros países con el costo que tenemos si sabemos que realmente incide. Además deberíamos hablar sobre el tema laboral, que se suma a los demás y son los problemas de fondo que hay que solucionar para que después el acuerdo con Europa pueda funcionar”, explicó y comentó: “En el país tenemos la capacidad para producir alimentos para 4 mil millones de personas, siempre nos jactamos de eso, pero apuntábamos a un mercado interno de 40 millones y los números cuando el sistema es así no cierran”.
La producción argentina tiene, actualmente, un 16% de arancel para poder entrar en Europa y eso hace que, frente a otros países, la competencia sea desigual. “Eso nos saca directamente del juego, entonces si después podemos ir a un arancel cero no tendríamos ningún problema de competir con la producción europea. Claramente necesitamos que se cumpla con estas cuestiones de fondo que creemos que son fundamentales y ahora más importantes que el acuerdo en sí, que parece lejano, pero sirve porque pone plazos para cumplir con estas deudas pendientes que, si no se solucionan, harán que no tenga validez”, sentenció Borgo.
Sobre los problemas con los contratos de cosecheros y trabajadores, explicó: “Hay un alto grado de informalidad en lo laboral y venimos remarcándolo. Hace más de 30 años pedimos una ley acorde a nuestro sector, lo hablamos con economías regionales que también dependen de mucha mano de obra y tienen el mismo problema. Hoy la ley laboral no contempla esos sectores, son sistemas laborales complejos que exigen un cambio en la legislación, sino no hay forma de que el empleador pueda tener categorías en donde ubicarlos. Si queremos cumplir con el acuerdo debemos tener en cuenta esta cuestión también”.
La situación actual
Desde principio de año, los productores citrícolas dieron aviso de la situación de crisis que hacía encender las luces de alarma. Ahora, a poco de las elecciones, son recibidos por dirigentes de distintos espacios políticos, y aunque ven eso como una foto de campaña lo aprovechan.
“Este año viene complejo como para cualquier actividad en el país. Nosotros tenemos los insumos en dólares y vendemos nuestros productos en un mercado interno retraído con un poder adquisitivo devaluado, entonces es muy complejo eso y la variable de ajuste siempre son los mismos, o es el productor o es el consumidor. La brecha que hay entre lo que recibe el productor y lo que paga el consumidor se la llevan los eslabones del medio, que no digo que estén ganando demasiado igualmente, pero tienen la seguridad de sacar su renta”, aseguró Borgo.
En cuanto a los encuentros con dirigentes, contó: “Presidí la institución desde marzo de 2016 hasta abril de 2017, justo cuando comenzaba el nuevo gobierno. Organizamos un poco las actividades y siempre tuvimos muy buen diálogo con Nación y Provincia. En 2017 no podíamos encontrar a nadie en los despachos porque era año electoral y necesitaban la foto, fue tedioso. En 2018 trabajamos bien y ahora es todo estilo campaña, así que es complejo en Argentina poder trabajar. Aunque entendemos el momento político”.
En un año electoral en que los anuncios no tardan en llegar y las reuniones pueden llevarse a cabo más seguido, desde la Federación del Citrus esperan poder salir de la situación de crisis, aprovechar el acuerdo y volver al mundo como pretenden hace años.