En los últimos meses los precios internacionales de los aceites de palma, soja, colza y girasol registraron subas notables de la mano de un aumento sostenido de la demanda global, impulsada por China.
Fallas en la cosecha canadiense y europea de colza, junto con problemas en la producción de girasol en Ucrania y Rusia, además de stocks ajustados de aceite de palma en Asia, se presentaron en simultáneo con un aumento de la demanda global de aceites vegetales.
La recuperación del precio internacional del petróleo también contribuyó a sostener los valores de los aceites vegetales, dado que buena parte de los mismos se emplean en diversas naciones para elaborar biodiésel.
Un factor adicional que contribuye a sostener el valor del producto reside en el hecho de que el gobierno de Joe Biden está promoviendo en EE.UU. una “Ley del Futuro Limpio” (Clean Future Act) con el propósito de promover la “descarbonización” de la economía de ese país. En ese sentido, esta semana Biden anunció en la Cumbre Climática Global un nuevo objetivo para que EE.UU. logre una reducción del 50-52% en la emisión de gases de efecto invernadero para 2030 con respecto a los niveles de 2005. Si bien buena parte de los esfuerzos, en lo que respecta a transporte, estarán focalizados en promover el uso de vehículos eléctricos, en el “mientras tanto” se espera que, hasta lograr el recambio tecnológico, se promueva el consumo de biocombustibles en EE.UU. en desmedro de los combustibles elaborados con fuentes fósiles.
Impulso.
En lo que respecta a la Argentina, se trata de una buena noticia, dado que el país es el principal exportador mundial de aceite de soja con un proyectado de ventas –según el USDA– de 6,1 millones de toneladas para 2020/21 sobre un total mundial de 12,5 millones.
En ese marco, la Bolsa de Comercio de Rosario estima que en la presente campaña 2020/21 las exportaciones argentinas de aceite de soja generen divisas por alrededor de 6100 millones de dólares, lo que representaría el nivel más elevado de la historia para el producto.
Las señales positivas de precios impulsan la industrialización de poroto de soja: en los primeros tres meses del año 2021 la industria aceitera argentina obtuvo 1,9 millones de toneladas de aceite de soja, la segunda mejor marca de la historia para el primer trimestre del año, sólo superada en 2016.
La contrapartida del auge del precio de los aceites vegetales es que el gobierno argentino se propone desmantelar el programa de promoción de biocombustibles para incrementar la recaudación vía derechos de exportación. El aceite de soja está gravado con una alícuota del 31,0% del valor FOB.
Fuente: Bichos de campo