No es la primera vez que Natalie Weber (34) abre las puertas de la intimidad de su relación con Mauro Zárate (33), con quien tiene a sus hijos Mía (8) y Rocco (4). La modelo, que ya había dejado en claro que mantiene la llama de la pasión (muy) encendida con el futbolista, reveló cuál es la técnica que implementan para ponerle punto final a las peleas cotidianas.
La joven contó en diálogo con Pronto lo mejor y peor de estar todo el tiempo juntos en su casa: “Me molestan dos cosas. Una de ellas es la play, la odio, la detesto, ¡la odio bien desde acá adentro! Creo que a todas las mujeres les debe pasar lo mismo. No sé qué genera en la mente del hombre y el ser humano se vuelve estúpido. ¡Te lo juro por Dios! Se están peleando los nenes, se le cayó una cortina al lado y me entero porque viene Rocco y me dice ‘mamá, Mía tiró la cortina’. Eso me pone loca”.
“Otra cosa que me pone de muy mal humor es que no me levanta ni un plato ni un vaso de la mesa. Te juro que en esto lo voy a sacar bueno. Si se lo digo, me dice ‘sí, dale, ahora voy’, pero tengo que esperar 3 horas para que termine su partidito de la play y levante su vaso. No le nace hacerlo y yo me pongo loca. Termino de limpiar la cocina, pasar el trapo y a él se le ocurre darles galletitas a los nenes, van dejando migas por todo el piso y yo recién acabo de aspirar y de limpiar todo. Esas dos cosas me ponen de muy mal humor. Pero en todo lo demás me tengo que sacar el sombrero porque Mauro nunca tiene la oportunidad de estar tanto tiempo en casa con los chicos. Se afianzó muchísimo más el vínculo con ellos”, agregó.
En cuanto a la parte bueno, Weber elogió a su esposo a la hora de hablar de la intimidad en la pareja: “En eso es intachable. Hemos utilizado esa parte muchas veces para reconciliaciones. . . la cama. Nosotros somos muchos pero viste que está el mañanero y el nochero. Bueno, nosotros metemos el merendero. La siesta. Ninguno de los tres chicos que tenemos en casa duerme la siesta pero yo digo ‘mamá se va a bañar, acaba de terminar de entrenar’. Y papá en ese momento sube a cambiarse también”.
Por último, la entrevistada habló de cómo transita la cuarentena: “Me angustia no poder ver a mis papás, que son personas de riesgo, y a veces tengo pesadillas. La incertidumbre de no saber qué va a pasar y hasta cuándo vamos a estar acá. La pandemia afecta a todo el mundo, en mayor o menor escala. En mi caso, soy una bendecida y tengo que agradecer muchísimo. Me quejo por el encierro pero tengo la tranquilidad de que, gracias a Dios, llego a fin de mes”.
que, gracias a Dios, llego a fin de mes”.