Te contamos la historia del responsable de que todos los 20 de julio festejamos con amigos.
Inspirado por la llegada del hombre a la Luna, un argentino fue el responsable de que cada 20 de julio se festeje en nuestro país el Día del Amigo.
“La amistad es la virtud más sobresaliente porque es desinteresada”, decía Enrique Febbraro, el multifacético promotor de la fecha.
Odontólogo, psicólogo, escritor, profesor y músico, entre otras tantas ocupaciones, Febbraro. que hasta llegó a ser candidato, en dos oportunidades, al Premio Nobel de la Paz, había nacido en la ciudad de Buenos Aires y por muchos años residió en Lomas de Zamora, donde tenía su consultorio.
Aquel famoso 20 de julio de 1969, Febbraro estaba pegado a la pantalla de los viejos televisores que, en blanco y negro, mostraban las primeras imágenes del Apolo XI y el increíble fenómeno de los astronautas caminando sobre suelo lunar.
Allí fue cuando, según relató en diversas oportunidades, tuvo la idea de promover el 20 de julio como el Día del Amigo.
“Fuimos sus amigos y ellos, amigos del universo”, explicó en ese momento. A partir de allí, comenzó la carrera para promover la fecha.
Se reunió con políticos, con representantes de la iglesia, entusiasmó a referentes de la comunidad y les solicitó ayuda a sus amigos en esta particular cruzada, en la que nunca bajó los brazos.
Finalmente, en 1972 registró su idea en el registro de la propiedad intelectual, que donaría al Rotary Club, del que era miembro.
“Viví el alunizaje del módulo como un gesto de amistad de la humanidad hacia el universo y al mismo tiempo me dije que un pueblo de amigos sería una nación imbatible”, explicó el creador de la fecha.