Durante la historia de la humanidad se han registrado innumerables actos de genocidio, entendiéndose por este cualquier acto que busque la aniquilación, sometimiento, lesión o traslado a la fuerza, de la totalidad o parcialidad de un grupo de personas miembros de una nación, etnia, raza o religión especifica.
En septiembre de 2015, la ONU decidió convertir el 9 de diciembre en el Día Internacional para la Conmemoración y Dignificación de las Víctimas del Crimen de Genocidio y para la prevención de ese crimen, en recuerdo de la convención firmada en 1948 sobre este tema.
La intención de la ONU de conmemorar este día es acentuar la atención de los países miembro en esas grandes diferencias que pueden estar ocurriendo dentro de la sociedad y buscar minimizarlas o transformarlas en una ventaja para las personas que se sienten oprimidas.
Desde Naciones Unidas existen programas específicos para contrarrestar las atrocidades cometidas durante genocidios y poner el principal énfasis en la ayuda a las víctimas. Un ejemplo de esto es el Programa de Divulgación sobre el Genocidio de 1994 contra los Tutsis en Rwanda, que se centra en la prevención del genocidio, la educación preventiva, el apoyo a los supervivientes, y la sensibilización sobre sus efectos, en particular en las viudas, a los y las huérfanas y las víctimas de violencia sexual.
En conmemoración de este día internacional, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, afirmó: “…En última instancia, la prevención del genocidio implica a toda la sociedad. Es crucial que todos nos unamos para defender los principios de igualdad y dignidad humana y para reparar las fisuras y la polarización tan prevalentes hoy en nuestras sociedades”.
AIM