La Organización Panamericana de la Salud (OPS) indica que el de mama es el tipo de cáncer más frecuente en mujeres a nivel mundial y también la principal causa de muerte cuando se habla de esta enfermedad.
El cáncer de mama tiene su origen en las células y en las glándulas de los tejidos mamarios. La reproducción sin control de las células malignas puede llevar a que la enfermedad no quede localizada y se expanda por otras regiones del cuerpo, lo que genera metástasis.
La OPS sostiene que solo en América hay más de 491.000 las mujeres que año tras año son diagnosticadas con esta enfermedad. Asimismo, la cifra de muertes anuales asciende a 106.000 aproximadamente.
Alarmas y factores de riesgo
Los síntomas del cáncer de mama son numerosos y se presentan en esta región del cuerpo, no siempre en simultáneo. Entre ellos se encuentran los siguientes:
– Aparición de bultos o nódulos en las mamas.
– Aumento del tamaño de los ganglios linfáticos (cerca de las axilas).
– Alteraciones en el pezón (inversión, retracción, aparición de secreciones).
– Dolores en las mamas o en la zona de las axilas.
– Pérdida de peso.
Si bien se puede presentar en mujeres menores de 50 años, el cáncer de mama tiene más posibilidades de aparecer superada esta edad. Además, hay otros factores de riesgo, entre los que se encuentran el haber tenido la primera menstruación a una edad temprana y el haber tenido hijos después de los 30 años.
Las medidas de prevención del cáncer de mama
Si bien el historial familiar incide es fundamental llevar a cabo las medidas preventivas aunque no haya precedentes. La más importante de todas es la realización de una mamografía, que permite detectar el cáncer cuando los bultos o nódulos no son palpables o lo son apenas.
La visita a un profesional de la salud es clave debido a que este indicará la periodicidad con la cual una mujer debe realizarse una mamografía y otros estudios similares. Además, los controles frecuentes son elementales para una detección temprana de la enfermedad.
El autoanálisis es otra de las mejores medidas preventivas, y consiste simplemente en tocar y palpar con atención y detenimiento las mamas, de forma tal que se pueda detectar cualquier anormalidad.
Asimismo, llevar una vida sana, no sedentaria, con hábitos alimenticios saludables, y sin consumo de alcohol y tabaco ayuda a reducir las posibilidades de padecer cáncer de mama.
En el Día Internacional de Lucha contra el Cáncer de Mama también es importante considerar que esta enfermedad puede afectar a los hombres y, aunque se trata de casos infrecuentes y las cifras son considerablemente menores respecto de las mujeres, los pacientes requieren de los mismos tratamientos y medidas preventivas.