Desde 1901, cada 29 de agosto, en Argentina, se celebra el Día Nacional del Árbol, conmemoración propuesta por el doctor Estanislao Zeballos, resaltando la importancia de este recurso natural. Lamentablemente las estadísticas sobre deforestación en Argentina son alarmantes.
Los árboles oxigenan el aire, protegen el suelo y reducen los efectos del calentamiento global, entre otras de sus numerosas y vitales funciones. El l 29 de agosto de 1900, el Consejo Nacional de Educación instituyó esta fecha para celebrar el Día del Árbol, impulsada por el Estanislao Zeballos y anteriormente por el principal promotor de la actividad forestal, Domingo Faustino Sarmiento. Aunque recién se comenzó a festejar a partir de 1901. La fecha busca recordar y reforzar la importancia del cuidado de los recursos forestales y resaltar el rol que cumple en la vida de las especies y del planeta.
Entre tantas funciones brindan oxígeno, participan de la regulación del clima, reducen el viento y los efectos de las erosiones, también la contaminación sonora, además dar reparo ante las lluvias o un sol intenso a todas las especies.
Deforestación que no para
Greenpeace detectó que durante el primer semestre del año en el norte del país se deforestaron 51.600 hectáreas, un 25% más que en el mismo período de 2022 (41.332 hectáreas). La situación más grave se da en Chaco y Santiago del Estero, donde la mayoría de los desmontes son ilegales. La organización ecologista volvió a convocar a la ciudadanía para votar sobre su posible penalización.
“Es preocupante el aumento de la deforestación y, sobre todo, que la mayoría sea ilegal. En Santiago del Estero el gobierno viola la Ley Nacional de Bosques al autorizar desmontes para ganadería donde no está permitido. Mientras que en Chaco la justicia provincial suspendió los desmontes a fines de 2020, pero las topadoras avanzan cada vez más. El gobierno controla poco y es evidente que las multas no son suficientes para terminar con este ecocidio. Penalizar los desmontes ilegales parece la única solución”, afirmó Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace.
El relevamiento de la organización ecologista, realizado mediante la comparación de imágenes satelitales, estima que entre enero y junio de 2023 la deforestación en Chaco alcanzó las 24.522 hectáreas; en Santiago del Estero 19.040 hectáreas; en Formosa 5.804 hectáreas; y en Salta 2.234 hectáreas; totalizando 51.600 hectáreas.
La principal causa de la pérdida de bosques es el avance de la frontera agropecuaria para ganadería y soja que en gran medida se exporta a Asia y Europa, sobre todo en la región del Gran Chaco, el segundo ecosistema forestal más grande del continente.
“La deforestación provoca desaparición de especies, cambio climático, inundaciones, sequías, desertificación, enfermedades, desalojos de indígenas y campesinos, pérdida de alimentos, medicinas y maderas. Estamos ante una evidente emergencia climática y de biodiversidad que nos obliga a actuar en consecuencia. Es hora de terminar con la impunidad. Convocamos a la gente a participar de la Consulta Popular para decidir si está de acuerdo con penalizar la destrucción ilegal de bosques nativos”, señaló Giardini.
Las especies más particulares de Argentina
Dentro de nuestras áreas protegidas, conservamos especies de valor excepcional, como el Alerce (Fitzroya cupressoides), que es la segunda especie viviente más longeva del mundo, según Parques Nacionales. La belleza del paisaje natural en el que habita le dio al Parque Nacional Los Alerces la distinción como Sitio de Patrimonio Mundial, otorgada por la UNESCO.
El parque, ubicado en la provincia de Chubut, alberga un bosque milenario de alerces, con ejemplares que alcanzan los 2600 años de existencia.
Otra de las especies destacadas en la región patagónica es el pehuén (Araucaria araucana). Esta conífera es considerada un fósil viviente. Puebla los bosques del Parque Nacional Lanín. Puede superar los 1300 años y medir 50 metros de altura.
En el otro extremo de nuestro país, hacia el Norte, se hace presente el Quebracho colorado chaqueño (Schinopsis balansae). La especie se conserva en los Parques Nacionales Río Pilcomayo, Mburucuyá, Chaco, El Impenetrable y la Reserva Natural Educativa Colonia Benítez. De madera resistente y corteza agrietada, supera los 20 metros de altura.
Estas y otras tantas especies arbóreas forman parte de la diversidad biológica que se protegen en nuestros parques nacionales.