-
Le pasó en más de una oportunidad estando en grandes momentos deportivos dentro del salto en alto, su especialidad con la que supo y sabrá brillar. Allí, en ese maldito instante, cuando todo era felicidad, aparecían las lesiones para complicar el panorama de la crespense Betsabé Páez. Claro está que no todas las dolencias son iguales. Algunas fueron fáciles de sobrellevar y otras no tanto. De todos modos siempre, con el empuje y la garra que la caracteriza, la atleta que representa al país a nivel internacional supo salir y volver nuevamente al ruedo cosechando un aprendizaje más para su vida y para el deporte.
Pero la película, que casi termina en tragedia, arrancó en 2020 en una competencia sudamericana. Antes de ir a competir la entrerriana sintió una molestia en la rodilla, pero decidió viajar igual, más allá de saber que se había cortado el ligamento cruzado y que había algo en un tobillo que tampoco andaba bien.
Se confió y se mandó a competir de todos modos y en ese estado. Y lo hizo así, rota entera demostrando de qué material está hecha Betsabé.
En ese momento el compromiso de representar al país fue más fuerte que su propia salud y lo hizo igual. Es la típica presión que muchas veces tienen este tipo de atletas de elite, que lo hacen básicamente para sostener las becas deportivas. Y fue un error, y ella ahora lo sabe porque todo terminó mal, a pesar de haberse colgado una medalla.
La rodilla no daba para más y había que analizar los pasos a seguir, pero llegó la pandemia y complicó los planes. Pasó el tiempo y se coordinó una cirugía para el 20 de mayo del año pasado. En teoría es una operación sencilla, típica para los médicos, pero hubo complicaciones y la vida, en ese momento de Páez, fue un calvario, tal cual lo define la propia crespense.
¿Qué pasó? Luego de la operación en Rosario, donde también le intervinieron el tobillo, decidió regresar a Crespo para hacer la rehabilitación, etapa donde hubo también complicaciones hasta que se le formó una fibrosis que la mandó a los cinco meses de nuevo al quirófano. De allí, de la segunda operación se vuelve a Rosario y los médicos se dan cuenta de que la fibrosis no había desaparecido. De nuevo al quirófano por tercera vez. Imagínense ustedes el panorama en plena pandemia. Pero faltaba algo más, porque a todo esto apareció el Covid en la vida de la atleta, otra piedra más para esquivar en el camino. Con el Covid a cuestas y su debilidad física vino lo peor, porque apareció una infección gravísima que por poco no fue una septicemia, algo muy complejo, que no tiene un final feliz. ¿Entonces? Otra vez a operarse y esta vez de urgencia.
A la complejidad del caso se le suma el aspecto económico. La operación fue muy costosa y el tratamiento también. Sin obra social hubo que buscar ayuda, y lo hizo encontrándola en mucha gente que le dio una mano en este difícil momento. Nombrar a todos sería complejo, pero fue mucha gente que estuvo a su lado y no lo dudó. Uno recibe lo que da y por eso allí estaban la familia, las amigas y tantos otros.
“Un agradecimiento al gobernador de Entre Ríos, que ni bien supo de lo que me pasó se comunicó con mi papá para ayudar, al Bicho Gómez, director de Deportes, la Federación Atlética de Entre Ríos que siempre nos acompaña en cada situación que tenemos y nos contiene, la CADA, la Municipalidad de Crespo y a mi entrenador Rodolfo Bariza y señora que me cuidan como si fuera una hija, aparte de ser su atleta. Y obvio a todas las infinitas personas y que todo ese amor que dieron en este gesto les vuelva multiplicado por mil. La vida, como siempre digo, es una cadena de favores. Hoy me toco a mí, pero me voy a encargar de continuar con la cadena ayudando y acompañando a otras personas que también lo necesiten”, dejó en claro la crespense.
Hoy Betsabé está estable, recuperándose y pensando en la vuelta, aunque no se descarta un intervención más.
Con todo esto que pasó cualquiera de nosotros u otros deportistas colgaría los guantes y dejaría todo. Pero Betsa no es así. Es una leona, tiene una fortaleza tremenda más allá de su talento innato y seguirá intentando una vez más. Ya sabe de lesiones, ya sabe de malos momentos, pero es fuerte y seguirá adelante. Es un ejemplo de coraje y superación que muchos deportistas y seres humanos deberíamos tener en cuenta porque uno nunca sabe lo que la vida nos tiene preparado. Fue una película de terror y que ahora en este 2021 va cambiando el guión para convertirse en un film con final feliz. Ojalá así sea ¡Fuerza Betsa!
Por Andrés Martino
El Ave Fénix del atletismo
La crespense Betsabé Páez, quien representa al país en el atletismo internacional, tiene una fortaleza tremenda más allá de su talento innato.