Productores e industriales de las cadenas de valor que compran proteínas vegetales para transformarlas en animales están que trinan con la nueva edición del dólar agro que promete pagos de 340 pesos por cada dólar que ingrese al país en concepto de exportaciones de maíz.
Se trata de, principalmente, engordadores de vacunos a corral, de cerdos y aves. Los tonos de la queja varían según el ímpetu de los dirigentes que alzan la voz.
Como sea, la renta de los criadores de cerdos, por ejemplo, viene en caída entre los que trabajan con estrategias de baja o media eficiencia y lo mismo pasa con el resto.
Desde la Fundación Mediterránea salieron al ruedo con un informe en el que midió la rentabilidad del sector y además, sumó los efectos de los recientes anuncios del Ministerio de Economía. Calcularon que en junio de este año, las granjas de menor eficiencia fueron las más afectadas: perdieron $39 por kilo producido y vendido. Las de eficiencia alta se mantuvieron con números favorables (ganó $60 por kilo), mientras que las de eficiencia media alcanzaron márgenes positivos de $21 por kilo.
“En términos absolutos, los costos suben más en las granjas de menor eficiencia de conversión alimenticia, que serían las que usan más alimento por kilo de cerdo producido”, señalan en un tramo del informe.
Por el andarivel de los vacunos engordados a corral la situación también es delicada: desde la Cámara Argentina de Feedlot hicieron público el rechazo al nuevo dólar agro y advirtieron de los efectos negativos que causará en la actividad.
Fernando Storni, titular de la organización, expresó “su total desacuerdo y alerta sobre los impactos de esta medida en la producción de carne y los productores que vienen soportando, no solo los embates de más de un año climatológicamente adverso y los problemas de la macroeconomía, sino también las intervenciones estatales que afectan la demanda de carnes y los costos productivos”.
En tanto, desde Confederaciones Rurales Argentinas, Jorge Chemes, su titular, salió a decir que “as medidas tomadas por el Gobierno Nacional, en relación a los múltiples tipos de cambio y la arbitrariedad manifiesta de otorgarle a unos los que se niega a otros, no pueden menos que ser ampliamente rechazadas, por constituir un paso más, en el sentido equivocado en que se desarrolla la economía en su conjunto.