Se acerca la época de cosecha para el arándano, una de las frutas que más se destacada en el sector frutícola de Entre Ríos. Pero los vaivenes económicos y las dificultades para afrontar los costos de producción y exportación, hacen que la incertidumbre reine en el ambiente. “Este año tenemos el desafío de buscar revancha. Las empresas por un lado están muy comprometidas, algunas con dificultades financieras, otras no han podido hacer las inversiones y las podas necesarias. Estamos en un mal ambiente para los negocios, pero todos estamos tratando llegar a la temporada con fruta y la mejor calidad y poder competir con un mercado exigente como es el de Perú”, indicó Adolfo Storni, tesorero del Comité Argentino de Arándanos (ABC) y presidente de la empresa Extraberries SA, en una entrevista con Mirador Entre Ríos.
Para Storni, quien también es miembro de la Asociación de Productores de Arándanos de la Mesopotamia Argentina (Apama), la expectativa en vista a la cosecha de este año, que se prevé entre septiembre y diciembre, será apostar a un piso de exportaciones de 12 millones de kilos (12 mil toneladas), que “es bastante menos que el año pasado y los años anteriores. Estamos viendo un desánimo muy grande en varios productores y mucha gente está quedando en el camino y no se le ha dado ninguna solución. Por eso le pedimos a los funcionarios que atiendan nuestros pedidos, pero hasta el momento no lo hemos logrado”.
En la actualidad, las empresas productoras que están nucleadas en la Apama son al menos 30, la mayoría de Entre Ríos y Corrientes. Mientras que alrededor de 15 tienen la posibilidad de exportar. “Es una cantidad importante de empresas, empleados estables y zafrales, es un sector demandante de mano de obra y generador de divisas. Hoy vemos que corre serios riesgos de desaparecer”, aseveró Storni.
Entre algunas de las complicaciones en el sector, el tesorero de ABC detalló que la competencia con la producción peruana agrava la situación. Tal es así que desde Perú estiman que en tres semanas de exportación alcanzarían “la misma cantidad que nosotros en toda la temporada. Ellos van a superar las 100 mil toneladas y en Argentina estamos viendo si podemos llegar al menos a las 12 mil toneladas y eso nos tiene muy preocupados”, alertó Storni.
En foco
—¿Cómo fue el año pasado para el sector?
—En general, la industria de arándanos de Concordia, como en los demás sectores importantes del país como el NOA y la provincia de Buenos Aires, terminó la actividad el año pasado muy golpeada producto de algunos cambios en las reglas de juego, como lo fueron las retenciones y la reducción de los reembolsos, como también problemas con el clima ya que las lluvias en el noroeste y el granizo en Concordia hicieron mermar la producción y la calidad.
Este 2019 es un año climatológico raro porque tuvimos pocos días de frío hasta el momento. A esta etapa del año tendríamos que tener 100 horas de frío y estamos muy por debajo. Y esto implica la modificación en la época de cosecha y la concentración que podríamos llegar a tener.
—¿Qué políticas exigen para contrarrestar esta crisis?
—El sector está tratando de conseguir algún beneficio o ayuda, no que nos regalen sino que no nos maten, porque muchas de las medidas que anuncia el gobierno después no llegan porque tienen una implementación parcial. Tenemos tres pedidos muy concretos: el mínimo no imponible para los contratistas de cosecha y empaque; la eliminación de las retenciones; y volver a las alícuotas anteriores de reembolsos.
Pedimos esto para darle un poco de oxígeno a la actividad porque todo lo que es la financiación de exportaciones y de capital de trabajo, hoy es muy caro y en pesos es imposible porque no hay financiación en pesos por debajo del 60% y las que son en dólares son reducidas y no todas las empresas pueden acceder.
—Con estas solicitudes ¿qué beneficios conseguiría el sector?
—Podríamos hacer inversiones, ya que el sector necesita hacer un recambio varietal, arándanos con más vida útil, que puedan viajar bien en contenedores, que tengan color, calibre, sabor, que uno busca en la fruta. Por eso estamos expectantes con lograr algunas medidas para que se anuncien antes del inicio de la campaña, porque hoy el sector arándanos, y la fruticultura en general, la tenemos complicada no sólo en el escenario interno sino también internacional. Sin embargo, Argentina se ha caracterizado por su calidad de arándanos y por tener una clientela que no queremos perder.
—¿La oferta de otros países también perjudicó?
—Sí, el año pasado creció mucho la oferta peruana y esto se evidenció en mucho stock que llevó a reducir los precios en la segunda quincena de octubre de manera importante. Toda esta combinación de factores hizo que el año pasado sea una campaña mala para el sector. Malos precios, caída de volumen y con un escenario bien negativo.
—China es uno de los mercado con reciente interés ¿no?
—Hay un interés importante de China, obviamente el sabor nuestro entiendo que es superior a lo que pueden estar importando de otros orígenes. Pero tenemos una desventaja importante que es el 15% del arancel de importación que paga la fruta argentina en China y eso es algo en contra fuerte porque Perú y Chile, están con 0% de arancel. Además para entrar en China hay que pagar un 8% del derecho de exportación por eso estamos casi con 25 puntos y nuestros ingresos se ven reducidos por estos impuestos. Podemos enviar frutas para comprobar nuestra calidad pero creo que Argentina no va a ser un competidor importante en el mercado chino por la falta de competitividad que tenemos.
—¿A qué mercado apuntan entonces?
—Hoy Argentina está vendiendo en Estados Unidos, Canadá y Europa, son nuestros mercados principales. De igual manera es cada vez más difícil por la falta de acuerdo de libre comercio, recién ahora acabamos de firmar el primero.
El análisis del acuerdo
Desde Apama analizaron que “en la actualidad, la exportación argentina de arándanos paga aranceles de entre el 3 y el 9%, según el país de destino. Con la entrada en vigencia del acuerdo, en la mayoría de los países se eliminará, y en el resto se reducirá hasta a la mitad o más. Se estima que, de continuar la negociación y avanzar, el acuerdo entraría en vigencia dentro de dos años aproximadamente, y la medida de reducción o arancel cero ya impactaría para la cosecha 2021/2022”. El titular de Extraberries SA también dio su punto de vista sobre el impacto de este convenio comercial: “El impacto global para la economía argentina y el resto de los países del Mercosur es muy favorable. Como así también para la provincia de Entre Ríos y su exportación de frutas”, dijo Storni.
—¿Qué análisis hacen del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE)?
—Si bien el arancel del arándano en la UE eran reducidos, no eran tan altos como en China, otros competidores como Sudáfrica, Chile y Perú tienen cero arancel. Obviamente que para la fruticultura argentina este acuerdo es muy favorable porque venimos quedando afuera en muchos mercados como por ejemplo en el de la mandarina, de haber sido el primer abastecedor de Europa de contraestación, hoy somos un proveedor marginal, ya que paga un 16% y en dos años va a llegar a cero, eso es muy positivo. Lo mismo va a ocurrir con la cereza, la pera, la manzana.
—Más allá de este acuerdo, ustedes como sector quieren respuestas más urgentes.
—Y sí. Nosotros aplaudimos y agradecemos porque sabemos que esto no se logra de la noche a la mañana. No hemos visto la letra chica del tratado, pero los borradores hablaban de que en el caso de los arándanos (lo mismo para los cítricos) se iba a hacer un período de desgravación progresiva, no era automático como sí lo es para otras frutas.