Luego de ocho horas de debate, la Cámara baja convirtió en ley la Promoción de la Alimentación Saludable; sin disciplina partidaria, la votación fue transversal a los bloques políticos que no tuvieron una posición homogénea.
Luego de varias horas de debate, la Cámara de Diputados convirtió en ley ayer por la noche el proyecto que obliga a los productores de alimentos envasados a incluir un esquema de etiquetado frontal con octógonos negros que adviertan sobre los excesos en materia de azúcares, sodio, calorías y de grasas saturadas y totales.
Siendo las 23.43, el tablero en Diputados marcó 200 votos a favor, 22 negativos y 16 abstenciones, apoyado por la mayor parte del bloque del Frente de Todos, algunos sectores de Juntos por el Cambio y otros bloques minoritarios como el Frente de Izquierda.
Los principales detractores de la ley fueron los diputados de Tucumán, provincia azucarera por excelencia. Sin embargo, algunos diputados del Frente de Todos acompañaron el proyecto con algunas disidencias parciales.
En los palcos no solo se encontraban las organizaciones que impulsaron el proyecto, sino también la ministra de Salud, Carla Vizzotti, quien personalmente se encargó de incentivar la aprobación de la iniciativa.
Desde el oficialismo, la encargada de alzar la voz en defensa de la ley fue Cecilia Moreau: “Con esta ley vamos a subir un escalón en la prevención de la salud y en garantizar los derechos de todos los argentinos. El octógono negro de advertencia es la forma más eficaz de comunicar la presencia o ausencia en nutrientes críticos en los alimentos. Hoy estamos rodeados de productos ultraprocesados con exceso en grasas, sal y azúcares. Las etiquetas son engañosas y a veces ilegibles; los consumidores tienen el derecho a saber qué es lo que está consumiendo e ingiriendo”, dijo y advirtió que el 66 por ciento de la población en nuestro país tiene sobrepeso y el 32 por ciento padece obesidad, mientras que el 42 por ciento sufre presión alta.
Asimismo, el oficialista de tucumán Pablo Yedlin, admitió que por ser oriundo de una provincia azucarera le resultó difícil pronunciarse sobre esta ley. “El azúcar es un elemento que puede derivar en el sobrepeso, pero no es un veneno, en absoluto. Muchos edulcorantes tendrán que explicar cuán saludables son. Igualmente voy a votar a favor, pero no debe creerse que con los octógonos negros se va solucionar el sobrepeso y la obesidad. Eso no fue demostrado en Chile y México, donde rige el etiquetado frontal”, sostuvo.
Desde la principal oposición, por su parte, hubo consideraciones dispares. Mientras el grueso del radicalismo y de la Coalición Cívica apoyaban la iniciativa, la mayoría de los diputados de Pro se inclinaba por votar en contra.
Los diputados Carmen Polledo y Alejandro García, del sector Pro de Juntos por el Cambio, se expresaron críticos de la iniciativa.
“Comparto la idea general del proyecto de promover una alimentación saludable de los productos que consume la población. Su objetivo es poner en cada paquete un octógono negro por cada nutriente crítico que excede el límite sugerido y prohibir que se informen sobre las cualidades positivas que este contenga. Hay una posición de fanatismo de imponer de que hay una sola forma posible de etiquetado, cuando no la hay”, sostuvo Polledo.
“Debemos pensar en un sistema de etiquetado integral y completo. El cambio se construye educando y no se impone por la fuerza, nadie está autorizado para modificar ni dirigir los hábitos de los demás”, concluyó.
En la misma línea se pronunciaron las diputadas tucumana Beatriz Ávila (Justicia Social) e Ingrid Jetter (Pro). “Los tucumanos hemos sufrido mucho la agresión a nuestra industria madre, la azucarera, que le da trabajo a más de 30.000 personas. Este etiquetado negro remite a la muerte; pretender decir que el consumo de azúcar es similar al de la nicotina o a las grasas saturadas es insostenible. Por eso me pregunto cuáles son los intereses que motivan este proyecto”, advirtió Ávila.
En cambio, la diputada radical, Brenda Austin, destacó la importancia del proyecto diciendo que “es una iniciativa que busca dar paso a una transformación en los hábitos alimentarios para hacerlos más saludables. De más está decir que la etiqueta actual es absolutamente insuficiente. Apenas un tercio de las personas las leen y la mitad de los que la leen las entienden”.
Desde la Coalición Cívica, Mariana Stilman dijo que esta ley, de ser aprobada, va en línea con lo que establece el artículo 42 de la Constitución Nacional. “Venimos a cumplir con el mandato constitucional que propicia el derecho a la alimentación saludable, información adecuada y veraz y libertad de elección y de los consumidores”, sostuvo.