Los ex jefes cegetistas Hugo Moyano y Luis Barrionuevo encabezaron, junto a los miembros del triunvirato Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, una cumbre sindical en Mar del Plata tras la cual se difundió un duro documento contra las políticas del Gobierno, en el que reclamaron “la derogación” de la ley de reforma previsional y “paritarias sin tope”, además de confirmar que no acompañarán la reforma laboral que la CGT había acordado con el oficialismo.
En el texto, los sindicalistas también rechazaron el “mega DNU” que el Gobierno firmó la semana pasada “particularmente en lo atinente a los temas laborales (inembargabilidad del sueldo, tal como rezan las resoluciones de la OIT), prohibición de disposición de los fondos del ANSeS para la timba financiera, desfinanciamiento del sistema de Seguridad Social), por ser notoriamente inconstitucional”.
La reunión se realizó en el Hotel Sasso de Mar del Plata, propiedad del gremio de Gastronómicos de Barrionuevo, y contó además con la presencia del representante de la CATT, Omar Maturano (La Fraternidad) y de dirigentes opositores al macrismo como Sergio Palazzo (Bancarios), Facundo Moyano, y Julio Piumato (Judiciales).
Por su parte, no asistió ningún representante de las corrientes internas de la CGT más dialoguistas, como los “gordos” (entre ellos el restante miembro del triunvirato, Héctor Daer) y los “independientes”, ni tampoco un dirigente de peso dentro de los gremios del transporte de la CATT, el jefe de la UTA, Roberto Fernández.
Este encuentro de los “combativos” de la CGT no sólo sirvió para enviar un fuerte mensaje a la Casa Rosada sino que también al interior de la central obrera, por lo cual se espera que en los próximos días se realicen reuniones entre los dirigentes gremiales que, a priori, no estarían dispuestos a acompañar una escalada en el conflicto con el macrismo, a fin de determinar los pasos a seguir tras esta avanzada del moyanismo y aliados.
El duro documento acordado entre los más críticos del Gobierno será presentado en los próximas días “ante las autoridades de la CGT”, con lo cual buscarán meter presión a los sectores menos confrontativos, pudo saber NA.
Si bien los “duros” de la CGT juntaron en la cumbre a dos de los tres integrantes del triunvirato, no lograron reunir ni a la mitad de los más de veinte miembros del Consejo Directivo de la central obrera.
Estos encuentros sectoriales se realizan además para posicionarse de cara a la posible renovación de autoridades de la CGT, luego de que se acordara mantener la conducción del triunvirato al menos hasta mayo de este año, cuando se dispondría regresar al esquema de un solo secretario general.
Otro motivo que generó esta cumbre de los críticos del Gobierno fue lo que consideran una “persecución sindical” que lleva adelante la Casa Rosada y que se reflejaron en las resonantes detenciones del “Caballo” Suárez, Marcelo Balcedo, el “Pata” Medina y Horacio Monteros, por presuntos casos de fraude y corrupción.
“Es imposible suponer que haciendo denuncias mediáticas, judiciales, tributarias y a través de un aparato comunicacional afín con amenazas de auditorías, etc, se logra una mayor eficacia en la defensa de los derechos de los trabajadores”, sostuvo el documento difundido en Mar del Plata, en un párrafo dedicado a este tema en particular.
Entre los puntos centrales del texto, se anunció que se decidió “no acompañar el proyecto de reforma laboral presentado en el Senado por el Poder Ejecutivo”, habida cuenta que el Gobierno impulsó esa iniciativa “en un contexto donde la verdadera intención era la reforma previsional que conlleva la rebaja del ingreso de los sectores más desprotegidos de la sociedad”.
También decidieron “repudiar enérgicamente los recortes a los jubilados y reclamar la derogación de la ley sancionada en la materia” y desafiaron abiertamente las metas que fijaría el Gobierno en torno al 15% para aumentos salariales para este año, al reclamar “paritarias libres y sin techo”.
En otro de los pasajes más fuertes, se sostuvo que “lo único que ha hecho el Gobierno en estos más de dos años ha sido: hacer perder el poder adquisitivo de jubilaciones y salarios; condonar y blanquear las deudas de los evasores; rebajar el sueldo de jubilados, pensionados y programas sociales; llenar las góndolas argentinas con productos extranjeros que conspiran contra el trabajo de los argentinos; endeudar el país de manera inaudita y hacer más ricos a los ricos y más pobres a los pobres”.
Si bien parecía que el Gobierno y Moyano había firmado una tregua tras el acto que la semana pasada el camionero compartió con el ministro Jorge Triaca y de la renovación por 30 días para que la empresa OCA continúe operando, lo cierto es que sigue habiendo mar de fondo entre el jefe sindical y la Casa Rosada.
Más aún, luego de que en los últimos días se siguieran moviendo en la Justicia causas judiciales que implican a la familia Moyano, especialmente una referida a la barrabrava de Independiente.