Las tarifas van a seguir subiendo durante el segundo semestre del año. Habrá nuevos aumentos en electricidad y en gas.
Sin embargo, algunos analistas e incluso voceros del oficialismo, aseguran que la inflación bajará en la segunda parte del año. Lo cierto es que para ese momento ya habrá terminado la recomposición de ingresos que el Gobierno autorizó a transportistas y distribuidoras de gas y electricidad, lo que anticipa aumentos menores que los registrados anteriormente.
En el segundo semestre puede subir el precio mayorista de la energía en todo el país, porque según la normativa del Ministerio de Energía, ese valor se puede revisar en agosto, noviembre, febrero y mayo de cada año. Por ahora, es difícil que en mayo haya un cambio debido precisamente a la inflación que se está verificando en el primer semestre.
Pero en agosto sería casi inevitable por tres razones: el precio mayorista de la energía es la parte de la tarifa que, si se ajusta, reduce subsidios del Estado; está calculado desde diciembre a un dólar de u$s19,33, inferior al que se viene verificando en las últimas semanas; y además este invierno , por el aumento en la cotización internacional del petróleo, va a haber un alza en el precio del combustible importado que usan las generadoras térmicas en esa temporada por falta de gas.
En octubre habrá otro aumento en las tarifas de gas. En primer lugar, por la actualización de los ingresos de transportistas y distribuidoras por precios mayoristas nivel general (IPIM). Y en segundo lugar, porque se pasa a un nuevo escalón en el cronograma de aumentos en el valor del producto pautado por el Ministerio de Juan José Aranguren.
Esto quiere decir que en las tarifas que se pagarán desde el 1 de abril, el gas estará calculado a u$s4,68 por unidad (millón de btu) a un dólar de $22,29 salvo cambio de último momento, y a partir de octubre la unidad de gas pasará a u$s5,26, con un aumento del 12,4% en dólares, y el tipo de cambio será el estimado para febrero de 2019, lo que por ahora es impredecible.
A esto hay que agregar, aunque no sean precios regulados, que los combustibles se van a seguir ajustando por el tipo de cambio, la cotización del petróleo y la actualización trimestral de los impuestos por precios al consumidor, publica Ámbito Financiero.