Desde la pequeña localidad de Racedo, Héctor Motta habla de su visión global para salir de la encrucijada inflacionaria que destroza el ingreso de los trabajadores argentinos. El grupo de compañías que comanda el industrial avícola genera empleo a 800 personas en la región, -con una proyección de sumar otras 200 en un par de años-, y la única salida viable que observa para avanzar pasa por multiplicar las ventas nacionales al mundo. “Argentina tiene una solución en la medida que mire seriamente la exportación” sentenció en un momento de la entrevista con Campo en Acción, pautada para hablar de la coyuntura, pero mucho más del porvenir.
Su idea se expresa fácil, pero a juzgar por el avatar argentino, es compleja de instrumentar. Su discurso se sostiene en “trabajar de forma firme y sostenida con políticas que hagan a la exportación. Este país fue capaz de exportar casi 90.000 millones de dólares el año pasado y podemos crecer a 120.000 y a 150.000 para ser un país ideal. Esas son las metas”. Consideró que para llegar hay que “engrandecer a cadenas como la avícola, porcina y ganadera ya que, si logramos que estas actividades crezcan el 10% en cuatro años y 20% en los otros siguientes, hablamos de que en ocho años de gobierno llegamos a un desarrollo importante, del 30%”.
En su convicción, “lo importante es que el gobierno entienda que el motor donde se genera la actividad del país es la agrícola ganadera y que todos los que surgimos después, como la avicultura, dependemos de la producción primaria, sin eso no somos nada”.
Para Motta, “la avicultura es un motor de la economía provincial, nacional y mundial; somos una máquina de transformar granos en una proteína lista para ser consumida, lo mismo que el cerdo y la ganadería tradicional a pasto, que considero una exquisitez”.
En cuanto a la urgencia del momento, ponderó que “venimos de una inflación muy alta, el ministro de Economía Sergio Massa a puesto pautas que espero que pueda cumplir en este 2023. Que vayamos a una inflación de un dígito en unos cinco o seis años es el sueño de Argentina. Necesitamos certezas de achicar unos de los drenajes fundamentales que es el gasto público, eso no nos deja suturar las heridas que tenemos”.
Cuando expresa aquello de “firme y sostenida” quizá refiera a políticas de Estado hoy en día declamadas, pero escasamente ejecutadas, como créditos de largo aliento, respaldo a proyectos de inversión de fondo y entendimiento de que va eso de generar mano de obra genuina. Lo contó él mismo con un ejemplo concreto: “La semana pasada visitó la empresa la plana mayor del Banco Nación, les pedimos que salgan de Buenos Aires y vean el impacto de las inversiones, que vean lo que sucede en la realidad porque un balance se manda y les sirve a los efectos contables para pagar impuestos, pero suelen estar muy lejos de la realidad, les pedimos que vena a ver lo que es realmente una inversión y reinversión en la parte productiva. Les mostramos que los créditos de largo plazo hacen falta y esto es un problema de credibilidad”.
fuente : campo en acción