Ruta 32, capítulo 1: En julio pasado, un comerciante de Viale que volvía de Crespo, reventó su neumático a la altura de la localidad de Boca del Tigre. «Me agarré un cráter, porque no puedo llamarlo de otro modo a semejante pozo», explicaría luego el hombre.
Ruta 32, capítulo 2: Hace quince días, un transportista que circulaba a pocos kilómetros de Viale no advirtió un tremendo bache, lo que le originó -además de un dolor de cabeza- varios pesos para arreglar su tren delantero.
Ruta 32, capítulo 3: El jueves de la semana pasada, una docente de Viale que se desempeña en Seguí sufrió la rotura de su cubierta en un pozo que no pudo esquivar. «Por suerte no nos pasó nada a nosotros», contó la mujer.
Ruta 32, parte 4: Este domingo, a las 8:15 de la mañana, una familia que se dirigía desde Seguí a Viale hizo añicos su llanta delantera, al «agarrarse» un pozo ubicado muy cerquita del puente de arroyo Ponciano.
Y la lista sigue. Así como podrá advertirse en los párrafos iniciales de este informe, las roturas de vehículos a causa del pésimo estado de Ruta Provincial Nº 32 es una constante que parece no tener fin.
La importancia de la 32
La ruta provincia Nº 32 es muy transitada por el transporte internacional de carga que ingresa por el norte de la provincia a través de las rutas nacionales 12 y 127 y se trasladan hacia el puerto de Rosario y otras zonas económicamente activas.
Su reparación es fundamental para potenciar el desarrollo de la economía regional de Paraná campaña ya que comunica la producción de localidades como Hasenkamp, María Grande, Tabossi, Sosa, Viale, Seguí, Crespo, entre otras.
Un tramo sí, pero falta
En 2017 se realizó una obra financiada por la provincia y la Nación a través de un crédito del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF). Consistió en la repavimentación de la Ruta Provincial Nº 32, desde María Grande hasta la Ruta Nacional Nº 18. Ese tramo de la ruta quedó impecable. Pero falta aún un buen tramo por reparar.
Es que desde el cruce de Ruta 18 hasta Crespo, el estado de la 32 es más que preocupante. Y requiere una pronta solución. Si bien ha habido promesas de repavimentación, hasta ahora sólo se ha realizado algún que otro bacheo. Y no mucho más.
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La Autovía 18, una obra detenida en el tiempo
Cuando se paralizó la obra de la Autovía de Ruta Nacional 18, muchos creyeron que dicho freno sería como las veces anteriores: obra demorada por algunos meses y luego vuelta a los trabajos. Pero no.
Pero verla hoy da pena. Y tristeza. Y un poco de bronca también. Es que los pastizales poco a poco comienzan a adentrarse en la ruta, generando grietas en el asfalto. Las banquinas también comienzan a sentir el paso del tiempo y la falta de máquinas viales. Sólo hay abandono.
Y los accesos a las viviendas frentistas sufren desde hace varios meses la falta de respuesta por parte de quienes deberían darles un principio de solución a sus reclamos.
(NUEVA ZONA)