Aprobada en 2021, la normativa provocó fuertes enfrentamientos. El Gobierno todavía no pudo firmar el decreto, asediado por planteos de todos los sectores.
La ley de biocombustibles generó mucho ruido durante su tratamiento legislativo y la reglamentación no es ajena a esa discusión. La controversia volvió a emerger con las fuertes críticas que la semana pasada descargó el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, sobre el secretario de Energía, Darío Martínez, la semana pasada.
El discurso duro anti-K del cordobés y el contraataque del oficialismo sacó a flote las diferencias que se cocinan puertas adentro por la reglamentación de la ley. Actores del sector aseguran que la publicación del decreto está trabada por el conflicto con el bioetanol de maíz.
La ley que se aprobó en 2021 recolectó adhesiones y rechazos, ya que estableció una reducción del corte del biodiésel del 10 por ciento al cinco por ciento para el gasoil. En el caso de las naftas, el corte se mantuvo en 12 por ciento, pero se fijó un seis por ciento para el bioetanol de caña de azúcar y un seis por ciento para el bioetanol de maíz, con el agregado de que la Secretaría de Energía puede disminuir el corte de bioetanol de maíz al tres por ciento.
Este punto generó malestar en las plantas de bioetanol y en Córdoba, que concentra la mayor producción. Sin embargo, las negociaciones dieron sus frutos, en cierta parte, y la reglamentación parcial permitió que el corte del seis por ciento no se modificara, pero la lucha no terminó.
Esta discusión se está dando puertas adentro del despacho de Martínez y los actores de la cadena desfilan por el escritorio con propuestas de cambios. “La reglamentación está lista, pero se demora por el reclamo de Córdoba”, sostienen empresarios que participan de las reuniones con la Secretaría. Los más optimistas dejan entrever que podría publicarse a finales de marzo.
La postura del bioetanol de maíz se endureció. El sector reclama el mismo tratamiento que al bioetanol de caña y al biodiésel y exige tres grandes puntos: que el corte quede en 6 por ciento, que el precio se actualice a través de una fórmula en base a los costos y no al precio final de las naftas y que se penalice a los ingenios azucareros cuando no cumplen con el corte.
En las negociaciones por la reglamentación, el bioetanol de maíz da por ganado el primer punto, pero pide que quede explícito en la reglamentación. Sus sreferentes aseguran que el porcentaje de corte quedaría en 6 por ciento, siempre y cuando el precio del bioetanol de maíz no superase al de caña. “Ganamos esa pulseada”, se animan a decir.
El punto de la fórmula por ahora está en discusión. Sin embargo, las declaraciones de Martínez dejan entrever que ese no sería el camino. “Este mecanismo de automaticidad y previsibilidad elimina decisiones administrativas discrecionales”, argumentó.
Maíz vs. caña de azúcar
Párrafo aparte para la batalla del bioetanol de maíz contra el de caña. En 2021, hubo una mayor demanda de combustibles y, por ende, se necesitó más biocombustible. Esta situación generó que los ingenios no dieran abasto para garantizar el corte y adelantaran el stock, ya que producen una sola vez para todo el año. “En febrero vamos a entregar lo que estaba planificado para mayo”, destaca la industria azucarera.
Esta situación obligó a las plantas de bioetanol de maíz a realizar un mayor esfuerzo. La Secretaría de Energía está al tanto de esta situación y evalúa reducir el corte de marzo a abril, para empalmar con la zafra (cosecha de la caña de azúcar).
“Si a ellos no les conviene hacer bioetanol porque el azúcar tiene mejor precio, tenemos que salir nosotros a suplir esa demanda con rentabilidad neutra”, manifestó con enojo un referente de la industria cordobesa. Al igual que el pedido de Schiaretti, pide que ambos productos tengan el mismo trato.
Las reuniones continúan y el intercambio de borradores de reglamentaciones es permanente. Resta saber el impacto de las declaraciones del gobernador, que no cayeron nada simpáticas: describió a Martínez como un “burócrata de cuarto nivel”.
Biodiésel
La situación en este punto de la reglamentación va en otra sintonía. Las grandes empresas y exportadoras de biodiésel no participan de la discusión porque no pueden proveer al mercado interno.
Las pymes, en tanto, ven un balance positivo de la ley hasta el momento, ya que están todas trabajando. La norma “salvó a las pymes”, señalan como resumen. Al mismo tiempo, sostienen que están conformes con la fórmula que actualiza el precio y que los puntos que discuten con la Secretaría son “detalles”.
Las grandes empresas saben que están afuera del juego local, pero, sin embargo, pidieron sentarse en la mesa de discusión. Esta parte de la industria quiere, al menos, competir por la demanda interna que no provenga de las refinerías.
Reclamo en puerta en Santa Fe
En octubre de 2020, la provincia de Santa Fe aprobó, por unanimidad, una ley para promover el uso de este combustible no fósil. Sin embargo, arrancó 2022 y todavía no la reglamentó. Las pymes del biodiésel reclaman que la iniciativa se ponga en práctica. En las últimas semanas, pidieron una nueva reunión con el gobernador, Omar Perotti, para destrabar este conflicto. Actores santafesinos sostienen que no saben por qué el mandatario no pone la firma a una reglamentación que está sobre su escritorio.
Fuente: Letra P