Guillermina Ferraris
Redaccion-er@miradorprovincial.com
En nuestro país la tenencia de drogas para uso individual en un ámbito privado no es sancionada por la ley, pero el cultivo de las mismas con la misma finalidad, sí. Este 11 de septiembre, a las 9, se llevará a cabo el juicio contra Sabina Galfano en el Juzgado Correccional Federal, a cargo de Daniel Alonso. El motivo principal por el que resulta trascendente esta instancia es la decisión y toma de postura de la jurisdicción paranaense de la Justicia Federal respecto de una situación muy frecuente: el autocultivo de cannabis para consumo personal. Si bien Tribunales federales de distintas jurisdicciones ya han declarado la inconstitucionalidad del artículo que pena el autocultivo, no ha sido la Corte Suprema expresamente la que se haya expedido sobre el asunto de manera determinante, como sí lo hizo respecto de la tenencia para consumo personal. Esto dio como resultado que cada Tribunal que juzgue causas de este estilo, tome postura aplicando el fallo analógicamente. Sin embargo, dicha postura no es unánime en todos los jueces federales. Actualmente sucede que con los casos similares que llegan a debate oral y público, la decisión es personal de cada juez. En este caso, claramente, y por la intención de llevar a juicio a Sabina, el Ministerio Público Fiscal insiste que dicha conducta sea castigada.
Este hecho podría aclararle el panorama a muchas personas que cultivan cannabis en sus casas para uso personal, pero viven con el temor de terminar insertos en un proceso judicial. MIRADOR ENTRE RÍOS dialogó con Sabina acerca de su allanamiento, la instancia judicial y los efectos que podría tener la sentencia.
–¿Cómo viviste todo el proceso del allanamiento?
–Todo comenzó con la declaración de un testigo, del cual no se brindan datos personales como su documento o domicilio, quien afirmó que yo tenía una relación amorosa con un delincuente conocido en la zona y supuestamente guardaba sus armas en mi casa. Los policías ingresaron buscando armas de fuego y cartuchería, pero obviamente lo único que encontraron fue cannabis. No registraron nada y sólo me preguntaron si tenía cosas que me podían llegar a comprometer, la verdad agradezco un montón que se hayan comportado solidariamente. Únicamente tenía un par de cogollitos que pensaba fumar y las plantas que recién estaban empezando el proceso de floración, una etapa inicial. Se las llevaron y me dejaron lo que tenía de materia vegetal, porque no habrán sido ni tres gramos.
Es necesario aclarar que cuando hay un delito por armas, robo o peligro inminente, las fuerzas de seguridad tienen la potestad de hacer el allanamiento con una autorización previa del juez. Pero lo cierto es que para allanar una vivienda por drogas, tiene que haber una investigación previa, cosa que no ocurre en el caso de Galfano. Por este motivo fue necesaria la existencia del dato, de dudosa procedencia, por armas de fuego.
–¿Hace dos años y medio también se difundían los casos de allanamiento a cultivadores?
–Mi caso no se difundió mucho porque se vuelve una situación más difícil si no está el apoyo de la familia. En su momento yo no lo tuve, entonces lo mejor era preservar su privacidad. Vivimos en una sociedad súper conservadora y patriarcal y en 2017 no se hablaba tanto de cannabis. Actualmente seguimos siendo muy estigmatizados los usuarios, por eso cuesta que la gente se sume a este tipo de convocatorias y actividades. Entre cultivadores nos solidarizamos porque sabemos que en cualquier momento le puede pasar a cualquiera.
–¿Cómo te sentís estando a dos días de que se concrete el juicio oral que define tu situación?
–Estoy segura de que ocultarse no sirve de nada y de que esta situación fortaleció muchísimo mi convicción hacia el activismo. En su momento tuve la suerte de estar acompañada, enseguida se hicieron presentes muchos compañeros que están en el ambiente del cultivo de cannabis y formamos la agrupación APAC. Desde hace algunos años, el cannabis medicinal se instaló en la opinión pública y el movimiento cannábico en Argentina se consolidó con fuerza. El consumidor no tiene por qué ser tratado como un delincuente o un enfermo. Tengo la esperanza de que finalmente se tome en serio lo que venimos advirtiendo hace tiempo: la persecución a cultivadores favorece las redes de narcotráfico. El consumo personal es una acción privada que no perjudica a otras personas, a mí se me acusa de afectar la salud pública.
Inconstitucional
El abogado defensor de Galfano, Andrés Bacigalupo, explicó a MIRADOR ENTRE RÍOS que en el juicio insistirá con los fundamentos del Fallo Arriola. Se trata de un histórico caso en el que la Corte Suprema declaró la inconstitucionalidad de la norma que sanciona penalmente la tenencia de estupefacientes para consumo personal, por ser incompatible con el principio de reserva y privacidad, amparado en el artículo 19 de la Constitución Nacional, que protege las acciones privadas que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero.
Bacigalupo sostiene que así como el consumo puede ser considerado algo perteneciente al ámbito privado y personal, ocurre de la misma forma con el cultivo que tiene la misma finalidad. En este sentido, remarcará que criminalizar al usuario de drogas con la Ley 23.737 de Tráfico y Comercialización de Estupefacientes es un grave error. Esto ya ha sido planteado en un pedido de sobreseimiento al juez Daniel Alonso en el cual sostuvieron que “el verdadero fin de la Ley es perseguir a las organizaciones de narcotráfico y no reprimir las conductas de meros consumidores, habituales u ocasionales”. En definitiva, lo que la defensa se pregunta, entre otras cuestiones, es: “¿Dónde está el daño a la salud pública o el daño a terceros? Y considera que lo mismo cuestionan todos aquellos que tienen en sus esferas privadas algunas plantas en macetas o en el patio”.
Convocatoria
Desde APAC convocan a todas las organizaciones de derechos humanos a la vigilia que se concentrará el 11 de septiembre, a las 11, en la puerta del Juzgado Federal de Paraná (25 de Mayo 256) para reclamar la absolución de Sabina.