La Comisión de Salud del Senado debatió este miércoles la problemática de la ludopatía infantil, en una jornada en la que especialistas advirtieron sobre el crecimiento de las apuestas online en menores de edad, constató AIM.
Según pudo saber AIM, el proyecto de prevención —con media sanción de Diputados— quedó demorado por el cruce de giros en distintas comisiones, aunque ahora el oficialismo analiza convocar a un plenario para acelerar su tratamiento.
Durante el encuentro, Facundo Bianco, director de la consultora Bienestar Digital, afirmó que “el 95 por ciento de los chicos escuchó hablar de apuestas y 4 de cada 10 confirma que apuesta”. Además, constató AIM que un estudio de la Defensoría del Pueblo porteña reveló que uno de cada cuatro adolescentes ya apostó, con un 13 por ciento que admitió que le resulta muy difícil parar y un 28 por ciento que experimentó ansiedad o estrés al no poder hacerlo.
Guadalupe Fúnez, presidenta de la Red Nacional de Centros de Estudiantes, denunció que “detrás de la supuesta diversión hay negocios millonarios que se enriquecen a costa de las juventudes”. En tanto, la psiquiatra María Cecilia García señaló que la ludopatía “es una enfermedad de índole psiquiátrica” y que la proliferación de plataformas ilegales potencia la adicción en chicos.
También expusieron representantes de la Iglesia, de la Asociación de Psiquiatras de Argentina y del Instituto de Juegos y Casinos de Mendoza. Todos coincidieron en que la publicidad de los sitios y la facilidad de acceso digital configuran un escenario de riesgo masivo.
Según pudo saber AIM, el Senado trabaja con datos recientes que muestran la magnitud del problema:
El 16 por ciento de los adolescentes reconoció haber apostado online.
Tres de cada cuatro jugadores jóvenes destinan parte del dinero diario que reciben de sus padres.
Alrededor del 40 por ciento de los adolescentes apostó alguna vez en plataformas virtuales.
Informaron a AIM fuentes parlamentarias que la intención es darle prioridad al debate, ya que consideran que se trata de “un flagelo de salud pública que requiere respuesta urgente”.