La educación es uno de los aspectos más importantes de una sociedad. A ella le dedicó prácticamente toda su vida la entrerriana Luz Vieira Méndez. Su formación normalista de excelencia le sirvió de base para profundizar sus ideas filosófico-pedagógicas y para desarrollar experiencias innovadoras en la educación inicial y, especialmente, en la formación docente.
Luego, durante las décadas de los 50 y 60 impulsó en toda la Latinoamérica la promoción de nuevas políticas educativas vinculadas a la democracia, al planeamiento y al desarrollismo.
En ese contexto, la paranaense tuvo el privilegio de ser la primera argentina con influencia regional a través de sus trabajos en la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) y también presidió el Consejo Nacional de Educación.
Primeros años
Luz Vieira Méndez nació en la ciudad de Paraná el 16 de agosto de 1911. Criada en una familia de educadores, desde muy temprana edad comenzó a formarse en la docencia.
Vieira Méndez egresó como maestra de la Escuela Normal de Paraná, la emblemática institución creada en 1869, y se recibió de profesora de Enseñanza Secundaria, Normal y Especial en Pedagogía y Filosofía en el Instituto Nacional del Profesorado de la misma ciudad.
En los comienzos de su carrera ejerció el magisterio, y entre 1934 y 1942 fue directora del jardín de infantes de la Escuela Nº 1 del Centenario. En esos mismos años fue profesora en la entidad de la que había egresado y en el Instituto Nacional del Profesorado.
Traslado a Córdoba
Luego de dejar la conducción del jardín de infantes, a partir de 1942 inició su ejercicio como vicedirectora en la Escuela Normal Superior de Córdoba. Sus innovaciones en ese ámbito quedaron plasmadas en el libro “La Educación Vocacional de la Adolescencia y la Formación del Maestro: El Ensayo de la Escuela Normal Superior de Córdoba”, compilado con Antonio Sobral, donde se reflejan también las ideas de otros autores como Delia Travadelo, Ana María Caffaratti y María Luisa Cresta de Leguizamón.
En ese libro se destaca de Vieira Méndez su visión amplia sobre la formación de los jóvenes. Además en relación al magisterio prioriza la importancia de la práctica y el ejercicio docente, la orientación continua al egresado y al maestro en ejercicio. De hecho, bajo su gestión egresaron en 1947 los primeros maestros formados con seis años de estudio.
Exilio y formación en el exterior
En 1947 por motivos de índole política, la entrerriana abandonó la Escuela Normal de Córdoba y partió a Venezuela contratada por el gobierno como asesora en asuntos educativos. Su labor se dirigió especialmente a la formación de maestros.
Hasta 1950 se desempeñó como asesora técnica de escuelas normales. Luego, gracias a una beca, se trasladó a los Estados Unidos. En su paso por norteamérica, participó de cursos en la Universidad de Chicago y seminarios del Departamento de Educación. También obtuvo el Máster en educación en la Universidad de Ohio.
Inmediatamente ingresó en el staff de la Unesco que recién comenzaba sus misiones de asistencia técnica educativa. De esa forma, Vieira Méndez se convirtió en la primera argentina con influencia regional a través de sus trabajos en el organismo especializado de las Naciones Unidas.
En ese ámbito ejerció diferentes funciones y en diversos países latinoamericanos. De hecho, uno de los últimos cargos en este período fue el de coordinadora adjunta de la Oficina Regional de Educación de la Unesco, en Santiago de Chile.
Regreso a la Argentina
Luego de su destacada tarea en el exterior, en 1963 el presidente Arturo Illía la convocó para ejercer la presidencia del Consejo Nacional de Educación. La entrerriana asumió el más alto cargo que una representante de su sexo alcanzó dentro de la administración del radical.
En esta misión no sólo se destacó por su preocupación por diversos segmentos del ámbito educativo sino también la gestión general del sistema, dada la creación de la unidad de planeamiento educativo integral. Es decir, comprender a todos los niveles, desde la educación infantil a la universidad; a la educación pública y a la privada; a la educación sistemática de los niños, jóvenes y adultos.
Una de sus preocupaciones también era la necesidad de evaluar en forma continua las actividades docentes y las organizaciones educativas, aspectos que en general eran consistentes con las ideas de desarrollo predominantes en esos años.
Entre los temas relevantes durante su gestión en el Consejo Nacional de Educación se destaca la lucha contra el analfabetismo, así como la capacidad de convocar a distintos sectores. Otros de los programas que implementó fueron: el “Plan de Asistencia Integral al Escolar”; el “Plan de Perfeccionamiento masivo y continuo al personal docente”; y el “Plan de construcciones escolares”.
Más adelante y una vez concluido su trabajo en el gobierno, la entrerriana se erradicó en Santiago de Chile donde murió el 17 de febrero de 1971.
Reconocimientos
La importante labor llevada a cabo por Luz Vieira Méndez llevó a que escuelas de Paraná y Córdoba tengan su nombre. Además, el 30 de mayo de 1986, se impuso su nombre a uno de los salones del Ministerio de Educación. En el acto, los emotivos discursos de distintas personalidades se refirieron a la entrerriana como ejemplo de vocación, tesón, libertad y solidaridad, entre otras cualidades.
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