Gabriel Obelar
Cuando levantó la primera copa del 2019, se llenó de deseos, sonrisas, sueños y metas a cumplir, sin pensar que lo que este nuevo inicio le depararía, sería el cambio total en su vida, el de sus propósitos.
Faustino Dettler comenzó el año cómo un juvenil más que forja sus primeras armas en Reserva, soñando y anhelando una oportunidad en Primera División, aprendiendo, disfrutando. Lo que jamás imaginó, que ese sueño de chico, cuando arrancó la escuelita de Patronato, se iba a cumplir en solo meses de haber regresado a la institución.
Un puñado de partidos en la tercera categoría, se transformó en la sorpresa y revelación del “Patrón”. Mario Sciacqua no sólo que lo subió al primer equipo, sino que también le dio su oportunidad y el joven paranaense no lo defraudó.
“Es así, de un momento a otro te cambia todo, estas ahí de debutar y de hacer el gol. Todavía no caigo, me costó asimilar todo lo que pasó”, le contó el propio Faustino a Mirador Entre Ríos, en las afueras de la escuela Centenario, donde realiza sus estudios de Marketing y en una semana en la que se preparó para el examen de psicología organizacional.
Camino con humildad
-¿Cambió en algo tu vida desde tu debut?
-Cambió el reconocimiento que tuve, más que nada en la calle. Después sigo de la misma forma, con humildad, entrenando al máximo. Fue muy lindo lo que pasó y la gente me lo hace saber, cómo también mi familia que está más que contenta.
-¿Lo disfrutaste? Pasó todo muy rápido.
-En el momento no tanto, pero después de los partidos en Mendoza y con Argentinos, sí, se disfruta, porque me sentí parte de ese grupo.
-¿Cómo fueron esos momentos previos a tu debut?
-De muchos nervios, porque no sabía si iba al banco o no, pero cuando vi mi camiseta en el vestuario, ya estaba feliz. Después en el banco de suplentes, que se veía difícil el partido, pero hice el gol. Ni soñado fue ese debut.
-¿Y el post-partido?
-Inolvidable. Se me acercaron todos en el vestuario a felicitarme. Cuando volvimos a Paraná, desde los referentes hasta los más chicos se me acercaron. Fue uno de los momentos más lindos, porque uno cae lo que logró.
Fue justamente en la capital del buen vino donde Dettler ya marcó un precedente a nivel nacional, cuando a los pocos segundos de ingresar por primera vez al campo de juego de la categoría, marcó su primer tanto, algo que ocurre en contadas situaciones: “No podía creer cuando entró. Primero que no sabía si la pelota había entrado, después con el festejo dije todo. Si fuera por mí, todavía estoy en Mendoza”, comentó.
-¿Esperabas ese momento?
-Tan rápido no esperaba el debut y mucho menos mi gol. Tampoco esperaba esto de haber firmado el contrato y pensar en la próxima temporada. Buscaba jugar más en Reserva y demostrar un poco más. Pero en la vida a veces hay que estar listo.
-¿Vos lo estabas?
-Creo que sí, que estaba listo. Todos los chicos que estamos en inferiores o Reserva, nos preparamos casi toda una vida para esto y hay potencial. Estamos listos.
-No fue fácil tu momento, por lo que se jugaba Patronato…
-Lo de la permanencia fue una mochila que me la cargue e intenté que sea buena. Para correr más y meter más. Eso te motiva, si lo vez desde ese lado, para ser más intenso. Hay que ser responsable y el equipo me dio confianza y el respaldo. No sé si lo disfruté en su momento, pero con el objetivo logrado, casi lloro.
La herencia
En diferentes ámbitos, sea escolares, laborales, cómo también el deporte, se habla de portación de apellidos, por diferentes circunstancias, hechos o momentos que marcaron a cierta persona, que el sucesor, debe padecer o recordar.
Fue el caso de Faustino, hermano de Dalmiro Dettler, que en los primeros pasos del Rojinegro en Primera, fue uno de los jugadores que más se esperó que logren debutar en Primera, aunque Rubén Darío Forestello, director técnico del Negro en aquel entonces, no lo convenció: “A mí hermano le faltó un poco más de suerte, que fue la que me tocó tener a mí. Estuve en el momento justo”, remarcó Fausti.
-¿Te pesó en algún momento el apellido?
-En su momento hubo un técnico que no lo subió a Dalmiro por diferentes decisiones. No sé si pesó, yo hice mi trabajo que era jugar al fútbol y si se daba, se tenía que dar.
-¿Qué te dijo tu hermano después de todo lo que viviste?
-Dalmiro siempre me aconseja, igual que mis viejos y mi novia, que por más que no sepa mucho, me da una mano con calmarme. Mi hermano me tiró su experiencia de saber cómo jugar y lo valoro porque lo hace para calmarme.
-¿Fue por lo que pasó con tu hermano que te alejaste del fútbol?
-Hubo una desilusión que influyó un poco. No veía la chance de jugar en Primera en Patronato en ese momento, pero cuando hablé con Augusto Prono (asistente 4ta división) y Gustavo Abdala (gerente), que me contaron del proyecto de (Mario) Sciacqua, fui y confié en mí. Quedaba demostrarle que estaba a la altura. Por suerte me dio una chance.
-Y hoy sos jugador de Primera. ¿Te sentís cómo tal?
-No sé que cambia el ser jugador de fútbol a jugador de Primera. Me siento jugador de fútbol, nada más. Sigo mi vida normal, porque creo que hay que estudiar, en mi familia me lo inculcaron y después juego al fútbol que es lo que me gusta.
-Por suerte elegiste el fútbol y no el tenis.
-En el tenis era bueno, pero en un momento tuve que decidir por el fútbol o el tenis y por suerte, elegí bien. Nunca me lo reproché, pero siempre mi viejo pensaba en cómo sería como jugador de tenis.
Elección y estudios
Su padre en su momento lo hizo elegir entre dos deportes, mientras que en su andar en la adolescencia, Faustino también tuvo que tomar decisiones sobre su futuro fuera del verde césped, en los pupitres formándose en Marketing. “Me incliné por esta carrera porque creo que me va a enseñar todo lo que es el manejo de un emprendimiento o lo que fuere. Me sirvió cómo despeje también, porque estaba muy metido en el fútbol, que me estaba afectando”.
-¿Si?
-Es que uno al estar sin hacer nada, te pones a pensar en un sinfín de cosas, el porqué jugué mal, te maquinas la cabeza con diferentes situaciones y desperdicias parte del tiempo pensando en el próximo fin de semana o la práctica del otro día. Con la carrera me despejo.
-Tus compañeros ayudan…
-La verdad, es que acá no soy Faustino Dettler el juvenil que debutó en Patronato, salvo para dos o tres amigos y algún profesor, para el resto, soy uno más y eso me ayuda un montón, más en esta carrera.
-Lo bueno que también elegiste bien la carrera
-La verdad que sí, había estudiado kinesiología, arranque otra carrera y dejé; apareció marketing y no dudé. Este año le pegué en las decisiones. Por suerte llegó Mario que me dio una chance.
Faustino es una persona que mantiene calma ante cada respuesta, analiza de buena manera sus palabras, se deja llevar por el disfrute, más allá de que lo observan cuando habla sentado desde una de las escaleras del ingreso al colegio. Con esa misma mesura, piensa en el futuro que se avecina, la competencia en la SuperLiga, pregunta nombres, habla de los entrenamientos y también de su vida sin el fútbol.
-¿Y ahora, qué sigue?
-Ahora queda seguir. Siempre dicen que lo más difícil es sostenerse y es lo que voy a buscar, sostenerme y tratar de tener un lugar dentro de los 18 y porque no dentro de los once que salen a la cancha.
-¿Estás preparado para volver a competir?
-Uno siempre quiere sumar y hay que mentalizarse. Si llegan muchos jugadores se competirá sanamente. Somos un grupo, todos, para intentar sacar a Patronato. Influirá mucho lo mental, el trato con la pelota y lo físico. Estoy preparado.
-¿Imitas a alguien?
-Me gusta mucho ver a Perisic, Insigne, jugadores extremos cómo Pavón o el Pity Martínez. Jugadores que son rápidos, intensos y que siempre intentan el mano a mano. Los miro para aprender y ver si puedo imitar algo en la toma de decisiones.
-Todos juegan de volante o extremo cómo vos…
-Miró y analizo todas las posiciones, hay que aprender porque es todo muy cambiante. Si de ellos trato de copiar los movimientos, el desmarque y otros puntos que me van a servir a futuro.
-¿Cuáles son tus metas ahora?
-A corto plazo seguir jugando en Primera y tratar de llegar a Europa y porque no la Selección. Siempre hay que pensar en lo más alto, sino, estoy feliz porque el fútbol me dio mucho, es lo más lindo que hay.
Su mano derecha
“Fue una alegría enorme verlo entrar a la cancha, fue una mucha la felicidad que estuve a punto de las lágrimas. En el último partido con Argentinos Juniors se la banco, más por cómo estaba la cancha y lo que era ese partido. Estamos orgullosos de que se le dio a él, el debut en Primera y con la camiseta de Patronato”, le comentó Dalmiro, hermano de Faustino y mano derecha del juvenil, a Mirador, sobre lo que vivió el volante.
Acerca de los consejos que mencionó Fausti, Dalmi contó: “Yo lo aconsejé desde la responsabilidad, que entienda donde está parado, en un lugar privilegiado y que se lo tome con el compromiso que eso conlleva, tanto adentro cómo afuera de la cancha. Ojalá se pueda mantener y seguir mejorando”.