Es el segundo caso en el país y, al igual que en la primera oportunidad, se da en Concordia. Luego de pasar por varias instancias de reclamo, Roxana podrá acceder a la Asignación Universal por Hijo (AUH) para Mateo, su pequeño de 9 años.
En 2011 su vida cambió, casi por casualidad supo que su hermana, que tiene una discapacidad, estaba embarazada y a la vez asumió que ella no podría hacerse cargo. Al ver cuál era la situación decidió encargarse del niño cuando naciera porque creyó que podría darle la vida que merecía y así es, aunque nada fue fácil. “Fue algo que no pensé, solamente lo sentí, quería que a Mateo no le faltara nada, que tuviera una buena vida y para eso siempre me esforcé”, contó a Mirador Entre Ríos y agregó: “Siempre he hecho de todo. Desde trabajos en los empaques de fruta, limpieza hasta fabriqué ladrillos, todo de manera digna”.
Actualmente Roxana se capacita junto a otras 25 chicas trans en el Polo Productivo y forma parte de un programa de la Municipalidad de Concordia que se llama “Construyendo futuro”. Según contó allí debe cumplir un horario de trabajo y en el tiempo que le queda libre se propuso terminar la escuela secundaria este año.
Es la encargada de Mateo, pero no tiene la adopción y por lo tanto no estaba autorizada para percibir la AUH. Ante esta dificultad, la mujer recurrió al equipo de diversidad de la Dirección de Gestión Preventiva y Promoción de Concordia con quienes consiguió hacer uso de la addenda 63, que permite las personas responsables de menores el cobro de la asignación. “Tuvimos que usar esa herramienta porque como no tengo la adopción no podía acceder a la asignación. Las personas a las que recurrí me ayudaron mucho, son una red, un grupo con el que pude y puedo contar para los problemas que pueda tener yo o mi hijo”, aseguró.
En octubre comenzó el trámite para poder obtener el beneficio y a fines de enero le comunicaron que así sería y le entregaron el plástico para que pueda cobrar el dinero que le depositarán. “Llega justo cuando van a comenzar las clases y nos dan la lista de útiles que necesitarán durante el año. Mi hijo podrá tener todas las cosas que necesita y por eso estamos muy felices. En marzo arranca tercer grado y va a poder hacerlo con este reconocimiento a sus derechos y los míos”, aseguró.
Políticas que incluyen
Darío Pérez está a cargo del área de diversidad sexual de la Dirección de Gestión Preventiva y Promoción de la Municipalidad de Concordia. Junto con su equipo fue uno de los que asesoró y acompañó a Roxana para que lograra su objetivo. Según entiende, los medios que pueden darse desde la gestión pública hacen que todo sea más liviano para quienes luchan por sus derechos.
“El derecho es del chico, le corresponde, pero el tema es que a veces las mamás se sienten vulneradas por las instituciones, en este caso por Anses, por ser personas trans y sienten que no pueden avanzar”, comentó a Mirador Entre Ríos y especificó: “Roxana está feliz porque tendrá esa plata que permitirá a Mateo ir a la escuela con todo lo que necesita. Es el segundo caso que se da en Concordia, el anterior fue el de Georgina Leguizamón, que estuvo 8 años dando vueltas por las oficinas pidiendo la asignación para su hijo pero no lograba que atendieran su reclamo ya que figuraba como papá, así que tuvo que hacer el cambio de identidad y demás”.
-¿Por qué creés que en Concordia se dieron estos primeros pasos a nivel nacional?
-Me parece que esto fundamentalmente se debe a la decisión y a la voluntad política de tener las primeras áreas de diversidad que hubo a nivel provincial, que trascendió incluso el cambio de intendente que hubo. Nos dan la libertad de, por la vía legal y administrativa, poder ayudar. Sabemos que en Concordia hay más de 100 personas que lograron cambiar la identidad de género. Todo lo que se ha logrado se da porque las personas se sienten acompañadas y contenidas por una de las áreas públicas y afortunadamente logramos ser noticia por estos hechos tan positivos y no por otros que se dan por la discriminación como golpes de patotas y hasta asesinatos de personas trans.
-¿Notan que se hicieron complicados los trámites por ser personas trans?
-Tal vez sí, es que falta dar muchos pasos todavía. Algunas están siendo excluidas todavía de los sistemas de salud directamente, no se acercan a los centros asistenciales por temor en muchas ocasiones. Existe una ley de identidad de género y en muchos lugares se les llama por su identidad anterior, algunas pagan sus impuestos también y se les llama por el nombre anterior, entonces todavía hay vulnerabilidad visible en estos casos.
-¿Hay muchos casos en Concordia de mamás trans que tengan chicos a cargo y necesiten beneficios?
-En la ciudad son ellas dos, son las mamás con las que logramos la asignación. Había otro caso, el de Marisa Martínez, pero ella viene con una lucha social muy importante, su hijo ya tiene 21 años y cuando necesitó hacer este tipo de trámites lo hizo sola, sin amparos ni con ayudas del Estado.
-¿La adopción es casi imposible para las mamás trans o familias que salen del molde?
-A veces es difícil adoptar para cualquier persona, hay que imaginarse en estos casos. Roxana es la tía, Georgina era el papá, pero hay otras compañeras que quieren tener familias y se hace muy engorroso, e incluso en parejas heterosexuales es complejo porque son muchos los requisitos a cumplir, así que hay que saber que para personas trans es aún mayor la exigencia. Hay formularios que aún dicen ‘papá y mamá’, que marcan un modelo de familia.
Belén Fedullo
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