Cada vez son más las personas que se forman en payamedicina en Concepción del Uruguay, y cada semana asisten al hospital Justo José de Urquiza para proponer historias y risas para sanar.
Eugenia Delorenzi
Los sábados generalmente son días de disfrute en familia, o afectos. Los días soleados, sobre todo en otoño, proponen disfrutarlos al aire libre y en compañía. Otras veces, cuando el clima no lo permite, también es un día en el que uno suele elegir quedarse a compartir en un ambiente cerrado, descansando. Sin embargo, aquellos que por diversos motivos y complicaciones de salud pasan sus días internados dentro del hospital Justo José de Urquiza, pese a no poder disfrutarlo de igual manera, reciben su rayito de sol a través de la colorida visita de un grupo de payamédicos, que cada sábado encuentran un espacio de “producción potente”, donde no sólo visitan el área de Pediatría, sino todos los espacios donde confluyen los pacientes y sus familiares y acompañantes.
EN CRECIMIENTO
En Concepción del Uruguay ya finalizaron tres cohortes formativas de payamédicos. La primera formación se realizó en 2016 y desde entonces, con el recorrido de tres años consecutivos, en la ciudad hay alrededor de 30 voluntarios dedicados a esta tarea solidaria. Se trata de personas mayores de 18 años con el secundario finalizado, es decir, que actualmente hay payamédicos que se dedican a diversas profesiones, y los hay muy jóvenes, y otros no tanto.
Los payamédicos cada sábado se visten con una paleta de tonalidades claras, exceptuando al azul, al violeta, al rojo y al negro. Sus colores y metodología hacen de ellos “una marca registrada a la hora del encuentro con las emociones”. De allí, parten hacia el hospital a recorrerlo e interactuar con quienes allí se encuentran.
Una de las integrantes de la primera formación de payamédicos, Marina Delorenzi, explicó sobre el desarrollo de la actividad en La Histórica: “En el hospital, donde se lleva a cabo la tarea primordial de payamédicos, se pretende crear una realidad fantástica y habitable a través del juego tierno e inocente de nuestros payasos”, comentó Marina y explicó: “Por ello, a quienes están internados los llamamos ‘producientes’, pues los payamédicos llegamos con la invitación al juego, a producir con ese otro, otorgándole un rol activo, donde deja –justamente– su lugar de paciente y toma las riendas del juego y transforman juntos y por unos minutos la sala del hospital”. En el mismo sentido añadió: “Jugar y producir desde la potencia de los colores de los trajes y del lenguaje positivo es la tarea de los Payamédicos en los diversos dispositivos en los que se presentan”.
“Las experiencias en el hospital son siempre enriquecedoras y superan ampliamente las expectativas con las que se puede llegar. La nariz naranja y la ternura del juego nos han hecho testigos de risas y lágrimas que ponen al produciente en el rol de protagonista, libre de las imposiciones necesarias del espacio”, comentó.
Respecto de las actividades que realizan por fuera de las visitas semanales al nosocomio, Marina señaló: “Además de este espacio, los payamédicos participan de diversas actividades sociales que estén relacionadas con la salud, por medio del dispositivo llamado ‘payapaseo’, allí, estos payamédicos encuentran la posibilidad de producir fantasía con toda la comunidad”.
SIN EDAD
Los payamédicos toman contacto con los chicos y grandes y tienen en cuenta que los últimos “nunca dejaron de ser niños”. Tras la bienvenida y la charla inicial, se pasa al juego, a fin de romper la estructura que impide a los mayores a “liberarse del ridículo”. Después de años de estudio, la metodología ha logrado abordar distintas dificultades emocionales, siempre teniendo presente la distancia justa para no invadir, el respeto y el uso del buen decir. “Con esa actitud, llena de armonía y de colores, se genera un campo energético especial en favor del paciente”, sostienen.
La formación
Las formaciones se llevan adelante en dos instancias: payateatralidad y payamedicina. La primera está orientada a la cuestión más práctica y teatral del clown (payaso) y la segunda es la formación teórico-filosófica que sostiene la práctica de payamédicos.
Los formadores son profesionales que forman parte de la ONG y que recorren distintos puntos del país en esta tarea.
Historia
Payamédicos es una ONG fundada por el doctor José Pellucci en el año 2001 y que hoy concentra a más de cinco mil payamédicos en Argentina y Chile. El objetivo de payamédicos es contribuir a la salud emocional de las personas, tanto en situación de internación como en cualquier otra circunstancia. El payamédico no busca “robar una sonrisa”, lo que pretende es construir de la mano del produciente (paciente) un espacio de producción basada en el juego y la inocencia del payaso, haciendo hincapié en la parte sana del produciente. Para ello, el payamédico hace una formación que incluye una primera parte de payateatralidad y una segunda instancia de payamedicina.
Con información de Mirador Entre Ríos.