El estrépito mundial que rodea desde hace casi dos años al Covid 19 parece acentuarse de nuevo en Europa. Ha dejado en penumbras a otras enfermedades, que sin tanto ruido han vuelto por lo suyo.
Un ejemplo es la tuberculosis, que vuelve a reclamar atención ahora que en la Argentina la pandemia parece haber menguado. Se han producido internaciones de casos graves, con la explicación de que debido al Covid los enfermos no pudieron seguir sus tratamientos y sufrieron empeoramientos significativos del estado de salud.
Mientras la prensa mundial se ocupaba machaconamente del Covid como peligro sumo, muchos enfermos de cáncer, males cardíacos o diabetes dejaron de recibir los cuidados.
necesarios, y sufrieron deterioros o agravamientos que se hubieran evitado si el ruido hubiera sino más atinado.
Los enfermos descuidados durante la pandemia corren más riesgo de morir si los ataca el Covid.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los servicios de prevención y tratamiento de las enfermedades no contagiosas se interrumpieron desde el inicio de la pandemia de Covid, a pesar de que de esos males mueren 40 millones de personas por año. Como cabía esperar, los más afectados son los países más pobres.
La OMS hizo una encuesta mundial cuyos resultado fue que el 53 por ciento de los países interrumpió parcial o totalmente los programas de tratamiento de la hipertensión, la diabetes y las complicaciones relacionadas con esta enfermedad.
El tratamiento para el cáncer se ha visto afectado en 42% de los países y en el 31% en el caso de las emergencias cardiovasculares.
En casi todos los países los recursos sanitarios dedicados a enfermedades no contagiosas fueron reasignados parcial o totalmente a atender al Covid.
Las razones que dieron los encuestados fue que los tratamientos se suspendieron o mermaron por causas en partes ajenas a los servicios de salud, como las cuarentenas estrictas y la reducción del transporte público; pero también por falta de personal, medicamentos o de pruebas de diagnóstico.
La OMS destacó que existe un vínculo entre los niveles de interrupción de los servicios de tratamiento de las enfermedades crónicas y la evolución del COVID-19 en los países. Los servicios se alteran a medida que un país pasa de los casos esporádicos a la transmisión comunitaria del coronavirus.
La OMS estima que pasará mucho tiempo antes de saber con exactitud qué impacto tuvo la interrupción del tratamiento de enfermos crónicos durante la pandemia.
Las enfermedades crónicas producen cada año el 71% de las muertes totales; es decir, superan ampliamente al Covid.
Otra enfermedad que ha vuelto con fuerza es al paludismo. El 25% de los medicamentos antipalúdicos que se aplican en los países en desarrollo son falsificados o de calidad inferior a la norma. En algunos lugares de África y Asia este porcentaje supera el 50 por ciento.
Además, para prever e impedir la aparición y propagación de la farmacorresistencia contra el paludismo a largo plazo, la OMS instó a invertir rápidamente en la concepción de la próxima generación de antipalúdicos.
De la Redacción de AIM.