Su nombre es Salvador y está desde el minuto cero en La Soñada, el Centro de Equino Terapia que funciona en el Club Atlético Arsenal de Viale.
Desde el primer momento que se fundó esta Asociación sin fines de lucro, Salvador acompaña a chicos y grandes en sus distintos tratamientos.
Se trata de un caballo manso, muy manso, que ha logrado todos estos años una conexión especial con los chicos y adolescentes que acuden al predio.
Fue donado en su momento por la familia Cogno y desde aquel día ha sido testigo y protagonista de cientos de tratamientos que ha desarrollado la entidad.
Salvador ha logrado una conexión como ningún otro caballo con los chicos que padecen distintos grados de discapacidad. El caballo los recibe, se acerca a los niños y hasta se queda estático cuando percibe que algún chico está nervioso. Es el equino con mayor sensibilidad y que más alto nivel de conexión ha demostrado todos estos años con quienes acuden a La Soñada. Tiene un carisma muy especial con los niños que padecen problemas motrices o sensoriales.
El último año, la pandemia no afectó solamente a los chiquitos que concurren a la institución. Este zaino bonachón también sintió los efectos de la ausencia de niños en el predio. “Se lo notó triste durante varios meses”, explicaron en La Soñada.
Hace un tiempo, el equino amaneció enfermo y la noticia fue un baldazo de agua fría para las integrantes de La Soñada. ¿Qué podría ocurrir si le pasaba algo? ¿Cómo sería el día después en caso que el caballo no pudiese seguir brindando acompañamiento a los peques? Demasiados interrogantes. Afortunadamente, y con importantes cuidados, logró superar su enfermedad y hoy nuevamente está firme.
“Salvador es como el alfa de La Soñada. Él los dirige y donde va él, van todos los demás caballos”, cuentan Gisela Amin e Isabel Vieyra.
El vínculo especial que se ha forjado entre el animal y los chicos es notorio: A muchos de los chiquitos los recibe cuando llegan al lugar y los acompaña hasta el portón para despedirlos cuando se van a casa.
“Caballos que sanan”, escribió alguien por allí. Una descripción que bien le cabe a Salvador, el equino que sigue generando increíbles vínculos de amistad y brindando salud a los peques de La Soñada.
(Fabricio Bovier)
