El impuesto grava las ganancias extraordinarias y pretende lograr una mejor “distribución de la riqueza”.
Acompañando al kirchnerismo, el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, presentan este lunes el proyecto de “renta inesperada” para gravar los ingresos extraordinarios que algunas empresas obtuvieron por efecto de la guerra entre Rusia y Ucrania. El proyecto fue anunciado por Guzmán a principios de abril pero luego quedó relegado en medio de la intensa crisis interna que atraviesa la coalición de gobierno.
La salida del Gabinete del ahora ex ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas parece haber marcado una etapa diferente. En la presentación en Tecnópolis por el 100° aniversario de la fundación de YPF, la vicepresidenta Cristina Kirchner le pidió públicamente a Fernández que “use la lapicera” con aquellos sectores “que tienen que darle cosas al país”.
Fernández parece hacer eco de la frase al apuntar a las ganancias extraordinarias
La medida es por la suba en beneficios que obtuvieron las empresas sin haber hecho un esfuerzo o una inversión adicional, sino que se beneficiaron exclusivamente por el salto a nivel internacional de los precios de los productos que venden en el mercado en el contexto de la guerra.
El ministro Guzmán explicó que para ser alcanzado por la medida, “la ganancia neta imponible real tiene que haber aumentado de forma significativa en 2022 en relación con 2021″ y “el resultado ordinario (el margen de ganancia) también tiene que ser anormalmente elevado en 2022”.
Así mismo dijo que “se incluirá un criterio en que si la renta inesperada se canaliza hacia la reinversión el monto de la contribución será menor”. De acuerdo al Palacio de Hacienda, la medida solamente afectaría a una porción muy pequeña de las empresas: en 2021 le hubiera correspondido pagarla a un 3,2% de las compañías totales.