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Selección Argentina: siempre en la elite del fútbol mundial

Páginas de gloria, con emociones fuertes y apellidos ilustres. Sensaciones únicas que transmiten los colores celeste y blanco, ese tono clásico de la camiseta  de Argentina que, a lo largo de la historia, sembró de grandeza cada rincón del fútbol del planeta. Aquí y allá, la Selección Argentina, y este recorrido inolvidable.

La camiseta celeste y blanca como emblema. La gambeta, principalmente, como uno de sus máximos exponentes. Fútbol de potrero, vistoso y bien jugado. El fútbol argentino, a través de la Selección Argentina, deslumbró al mundo entero con sus logros y los extraordinarios jugadores que supieron representar y enaltecer sus colores.

La historia de Argentina en los Mundiales comenzó allá por 1930, cuando luego de obtener cuatro Copas Américas (1921, 1925, 1927 y 1929), participó de la primera edición de la Copa del Mundo. Todavía instalada la etapa amateur en nuestro fútbol, la Selección fue subcampeona, al perder la final ante Uruguay, el país local. Con Francisco Varallo, Carlos Peucelle, Manuel Ferreira y Guillermo Stábile, jugadores referentes de aquella época, el conjunto nacional, desde sus orígenes, se posicionó como una de las principales potencias en el deporte. A pesar de un mal paso por el Mundial de 1934, donde perdió ante Suecia en los octavos de final, Argentina continuó con su supremacía a nivel continental. Durante aquellos años sumó nuevamente trofeos de Copa América, en 1937, 1941, 1945, 1946 y 1947. Justamente, esta última edición tuvo como principal protagonista al gran e inolvidable Alfredo Di Stéfano. Allí, la ‘Saeta Rubia’ disputó seis encuentros con la camiseta de la Selección, marcó seis tantos y se coronó campeón. Años más tarde continuó con su brillante carrera, donde se convirtió en ídolo del Real Madrid y leyenda del fútbol mundial.

Durante la década del cincuenta, Argentina ganó tres Copas Américas (1955, 1957, y 1959). En la edición del  ́57, disputada en Lima, el conjunto nacional tuvo una destacada actuación. Con una delantera conocida como ‘los Carasucias’ (Oreste Corbatta, Humberto Maschio. Antonio Angelillo, Enrique Sívori y Osvaldo Cruz), la Selección desplegó un fútbol maravilloso y escribió una más de las tantas páginas doradas que tiene su historia. Al año siguiente, en el Mundial de Suecia, volvió a disputar una Copa del Mundo, pero quedó eliminada en primera ronda.

Luego de un traspié en el Mundial 1962, nuestra Selección tuvo revancha en la Copa de las Naciones. En ese certamen, derrotó a Brasil, bicampeón del mundo en aquel momento; Inglaterra, que obtuvo el Mundial dos años después; y a Portugal. Más tarde llegaron los Mundiales de 1966 y 1974, donde el conjunto nacional no logró destacarse.

 

El primer grito, en casa

En 1978, como local, Argentina ganó su primera Copa del Mundo. Con César Luis Menotti como entrenador, y Mario Kempes como goleador, el conjunto nacional entró en la historia grande del fútbol con un equipo fiel a su historia.

Desde que asumió en 1974 como entrenador de la Selección, César Luis Menotti siempre pregonó el fútbol asociado, de pelota al piso y la constante búsqueda del arco rival. En 1978, con estas premisas como bandera, Argentina se hizo fuerte de local y consiguió su primer Mundial. ‘El Matador’ Mario Kempes se convirtió en leyenda a partir de sus goles, Daniel Passarella en ‘El Gran Capitán’ y, con sus espectaculares atajadas, Ubaldo Fillol en uno de los mejores arqueros de la historia de nuestro fútbol.

El camino de la consagración se inició ante Hungría. En aquel partido, disputado el 2 de junio en el estadio Monumental, Argentina comenzó perdiendo pero logró darlo vuelta con tantos de Leopoldo Luque y Daniel Bertoni. Luego se aseguró el pase a la próxima ronda tras derrotar 2-1 a Francia (Passarella y Luque); y perdió 1-0 ante Italia, por lo cual se tuvo que trasladar a Rosario para jugar la siguiente fase. Las rondas semifinales quedaron conformadas por Argentina, Polonia, Brasil y Perú, por un lado; y Holanda, Alemania, Italia y Austria, por el otro. En el primer encuentro, el conjunto nacional venció 2-0 a Polonia. En aquel partido, Kempes se lució anotando dos tantos.

Tras igualar 0-0 ante Brasil, Argentina estaba obligada a superar a Perú por lo menos por cuatro tantos de diferencia. Aquella jornada, en el estadio Gigante de Arroyito, el conjunto de César Luis Menotti mostró su mejor versión: fue un equipo arrollador, ganó 6-0 y se clasificó a la final, donde esperaba Holanda, subcampeona del certamen cuatro años antes.

El domingo 25 de junio, el mundo se paralizó para seguir las alternativas del partido disputado en el estadio Monumental. A los 38 minutos del primer tiempo, Kempes desató la euforia de los hinchas argentinos tras marcar el primer tanto. A poco del final, Dick Nanninga igualó el encuentro, por lo que se tuvieron que jugar 30 minutos adicionales. Allí, el conjunto nacional pasó al frente con otro tanto de Kempes, quien finalizó como goleador del certamen. A poco del cierre, Bertoni convirtió el 3-1 final.

Tras el pitazo del juez, miles de hinchas argentinos celebraron la conquista y vitorearon a los jugadores. Cuando el capitán Passarella levantó la Copa del Mundo, el objetivo estaba cumplido: Argentina había conseguido el tan ansiado título.

 

 

El primer Mundial de Maradona

Un tiempo después, en 1982, Maradona hizo su debut en un Mundial: fue un España, pero a pesar de tener como compañero a varios campeones del mundo, Argentina quedó eliminada en la segunda ronda. La máxima gloria para él llegó cuatro años más tarde, cuando con una actuación extraordinaria fue el capitán de la Selección que ganó el Mundial de México 1986.

 

 

En México, 1986 de la mano de Diego

La segunda Copa del Mundo para la Selección Argentina llegó en 1986. Con Diego Armando Maradona como capitán y figura, el conjunto nacional finalizó invicto en el certamen y gritó campeón en tierra azteca.

Un brillante campeón. Un equipo que supo conjugar a la perfección la técnica y la entrega. Un conjunto muy ordenado tácticamente. Un plantel con jugadores de la talla de Nery Pumpido, Oscar Ruggeri, Jorge Burruchaga, Sergio Batista y Jorge Valdano. Una Selección que contaba -nada más ni nada menos- que con Diego Maradona, emblema de la Argentina y del fútbol mundial, quien a partir de su zurda guió al conjunto nacional para alcanzar la gloria por segunda vez en su historia.

El equipo dirigido por Carlos Bilardo debutó en el certamen ante Corea del Sur, a quien derrotó 3-1 con dos tantos de Valdano y otro de Ruggeri. El siguiente encuentro, ante Italia, el último campeón, se presentaba como una prueba de fuego para Argentina. A pesar de arrancar perdiendo, logró igualar el partido con un brillante gol de Maradona (una de las tantas genialidades con las que sorprendió a todos en aquel Mundial). Luego, tras vencer 2-0 a Bulgaria (Valdano y Burruchaga), consiguió el pase a la siguiente ronda.

En octavos de final derrotó 1-0 a Uruguay con un gol de Pedro Pasculli. En la siguiente instancia esperaba Inglaterra. En aquel encuentro, disputado en el estadio Azteca, Maradona tuvo un rendimiento sobresaliente y marcó dos tantos que quedaron para siempre en la galería principal de la historia del fútbol. El primero, conocido como ‘La mano de Dios’ y, el segundo, tras despegar en su propio campo y eludir a cinco jugadores y al arquero, llamado por muchos como ‘el gol del Siglo’. Tres días después, esta vez ante Bélgica, Diego volvió a tener una actuación descollante: con dos goles suyos, Argentina se quedó con la victoria por 2-0 y accedió a la final.

En el estadio Azteca, el 29 de junio, se disputó la histórica final. A los 23 minutos del primer tiempo, con un cabezazo, José Luis Brown marcó el primer tanto para Argentina. En la segunda mitad, Valdano convirtió el 2-0 pero, para sorpresa de todos, Alemania logró igualar el partido con tantos de Rummenigge y Völler. El conjunto nacional, lejos de verse afectado en su rendimiento tras el empate, fue en busca de la victoria. Así, a los 83 minutos, luego de una asistencia de Maradona, Burruchaga protagonizó una épica corrida, y, tras la salida del arquero Harald Schumacher, definió al primer palo para darle su segundo Mundial a la Selección.

Durante los festejos sobró emoción. Los jugadores, en el campo de juego, celebraron la histórica conquista. La imagen de Maradona, besando la Copa del Mundo, quedará para siempre en la  memoria de todos.

 

 

En Italia, a un paso 

Al Mundial de Italia 1990, Argentina llegó con el objetivo de defender el título obtenido cuatro años atrás. Y estuvo muy cerca de conseguirlo, ya que luego de eliminar a Brasil en octavos y al país anfitrión en semifinales, perdió la final ante Alemania. En la Copa del Mundo de 1994 y en la de 1998, en cambio, la Selección quedó afuera del certamen en octavos y cuartos de final respectivamente.

 

La etapa dorada de los Juveniles

Ya para el final de la década del noventa, y el inicio del nuevo siglo, Argentina vivió una época dorada en cuanto a los Juveniles: en tan sólo doce años, ganó cinco Mundiales Sub 20 (1995, 1997, 2001, 2005 y 2007). Con equipos fieles a la tradición futbolística del país, y grandes individuales que luego se destacaron en la Mayor, la Selección se posicionó como una potencia en la categoría. Durante esta etapa, José Pékerman fue el técnico de tres títulos, mientras que Francisco Ferraro y Hugo Tocalli fueron los otros entrenadores campeones.

En cuanto a la Selección Mayor, en 2002 se clasificó al Mundial de Japón con grandes actuaciones en las Eliminatorias, donde finalizó en primer lugar, sacándole 12 puntos a Ecuador, país que quedó segundo. Pero el equipo dirigido por Marcelo Bielsa no logró mantener el nivel en la Copa del Mundo y, pese a perder tan sólo un partido, quedó eliminada en la fase de grupos. Pero la revancha no tardó en llegar, ya que dos años después, la Selección Sub 23, conducida por el mismo entrenador, obtuvo la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.

 

El tiempo de Messi

En 2006, bajo la conducción técnica de José Pékerman, se dio el esperado debut de Lionel Messi en un Mundial: fue en Alemania, donde Argentina quedó eliminada ante el local. Pero dos años más tarde, en 2008, la Selección Sub 23, con el jugador del Barcelona como máxima figura, ganó la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Pekín.

La siguiente cita mundialista fue en Sudáfrica, donde a pesar de contar con Lionel Messi, el mejor jugador del mundo, Argentina no pudo pasar los octavos de final. Cuatro años más tarde, con el rosarino nuevamente como gran figura (y premiado por la FIFA como el mejor jugador del certamen), la Selección llegó la final de la Copa del Mundo en Brasil, pero cayó en tiempo extra frente a Alemania. En 2018, el rendimiento del equipo no fue mejor y Argentina se despidió en octavos de final en Rusia.

Sin embargo, tres años después, hubo revancha. El 10 de julio de 2021, en el mítico estadio Maracaná, Argentina cortó la sequía de títulos en una histórica final. Ante Brasil, la Albiceleste se consagró campeón de la Copa América y todo el país se unió en un solo grito. Con el capitán Lionel Messi como máximo estandarte, y rendimientos individuales muy altos, el equipo dirigido por Lionel Scaloni hizo un brillante certamen que finalizó con el título y de manera invicta. Además, con su juego y entrega enamoró al público futbolero, que hacía muchos años no se sentía tan identificado con una Selección.

Alegrías y tristezas. Emociones, hazañas y, sobre todo, fútbol bien jugado. A lo largo de los Mundiales, Argentina se caracterizó por ser animadora en todos los certámenes. En Rusia, la Selección, de la mano de Lionel Messi, buscará ser fiel a su historia y quedarse con el trofeo.

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