Poco antes de que el ministro Sergio Massa anunciara el jueves nuevas medidas para el sector agropecuario, con foco en los tambos, los avícolas y una promesa para la siembra de trigo, una encuesta reveló que el 71,5 por ciento de los productores manifestaron percibir una “mala” o “muy mala” respuesta gubernamental ante la emergencia provocada por la sequía. Para seis de cada diez, la producción cayó 50 por ciento o más respecto de la campaña anterior.
Los resultados derivan de un trabajo de Coninagro orientado a diagnosticar cuál es el estado del sector; la consultora Synopsis relevó la opinión de 500 productores agropecuarios en distintas zonas del país. El 85,7 por ciento dijo haber sido perjudicado por la sequía; la pampa húmeda fue la zona más castigada y el valor saltó al 90 por ciento.
Los productores de granos y los ganaderos de bovinos que se declararon afectados por la sequía fueron 96,5 por ciento y 93,9 por ciento, respectivamente. En cambio, cuatro de cada diez (40,7 por ciento) indicaron que también los impactaron las heladas, particularmente por la ocurrida a mediados de febrero, que por su profundidad y anomalía produjo tanto daño como la sequía. En el segmento vitivinícola ese nivel ascendió al 98,6 por ciento.
Entre las principales consecuencias de la sequía, 68 por ciento apuntó que cosechó menos de lo esperado. Además, se distinguen las respuestas que apuntaron a las necesidades de asumir más gastos operativos (33 por ciento), tomar más deuda de la planificada (33 por ciento) y postergar inversiones (33 por ciento).
Del total de los relevados, 62,4 por ciento señaló que su producción bajó 50 por ciento o más en relación a la campaña anterior. Entre Ríos -sector agrícola- y Mendoza -vitivinícola- fueron las dos jurisdicciones con mayores pérdidas por las heladas.
La consulta también preguntó sobre la reacción de los productores respecto de los sistemas de asistencia de los gobiernos. El 76,8 por ciento señaló que su provincia declaró la emergencia y, de ese total, 48,2 por ciento tramitó el certificado y del 51,8 por ciento que no lo hizo; la mitad aseguró que lo hará.
Más allá de la declaración de emergencia, 71,5 por ciento calificó de “mala o muy mala” la respuesta gubernamental frente a la sequía. En Buenos Aires y Santa Fe se registraron las críticas más marcadas.
“Un aspecto que pudiera profundizar el malestar es el contexto de permanentes cambios en las reglas de juego y de alta presión impositiva pero de una ayuda deficiente del Estado cuando el sector se ve afectado por circunstancias climáticas como las que acontecieron durante esta campaña”, sostuvo el presidente de Coninagro, Elbio Laucirica.
Potencial
Además, la entidad difundió un reporte realizado por Gobbée sobre datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Indica que para 2028 se necesitarán producir 62 millones de toneladas adicionales de carne porque, a nivel global, se sumarían unos 2000 millones de personas a la clase media y media baja. La mitad será carne aviar, 30 por ciento porcina y 16 por ciento vacuna.
Para alimentar al ganado, eso implicaría “multiplicar por cientos de millones” la producción de maíz y soja. A su vez, el relevamiento da cuenta de que la Argentina y Brasil tienen el mayor potencial de expansión en tierra cultivada y podrían superar las áreas combinadas de Estados Unidos y la Unión Europea.
América Latina es la región mejor posicionada para abastecer a nivel global entre 50 por ciento y 65 por ciento la demanda de alimentos sustentables y biocombustibles en los próximos 10 años. Agrega que hacia 2030 la Unión Europea apunta a que el 25 por ciento del total de hectáreas cultivadas sean de producción orgánica certificada, y que en lo referido al consumo de alimentos en 2030 se estima que el 54 por ciento de la población global estará concentrada en Asia, entre China y la India.