Paciencia y flexibilidad.
Son las dos palabras que en este momento podrían considerarse a la hora de acompañar a nuestros niños y adolescentes.
En Seguí la cuarentena se ha ido flexibilizando y nos posibilitó tener cierta libertad, hay actividades en las cuales los niños pueden liberarse y recrearse descomprimiendo un poco la situación. De todas maneras les ha ido afectando emocionalmente y una de las cosas que más les inquieta es no verse con sus amigos.
La escuela forma parte de una buena cantidad de horas del día, y sobre todo de sus afectos. En la adolescencia cobra un lugar significativo, el par es alguien muy importante para ellos. En los más chicos es la posibilidad de juego, de recreación, de aprendizaje y de interacción, y en este momento lo emocional y el vínculo es lo que más se está resintiendo y más les está afectando.
El estar más disponibles por parte de los adultos es lo que puede ayudar a sobre llevar las cosas. Acompañarlos en los juegos, tratar de poner en palabras lo que están sintiendo y encontrar los medios para canalizar lo que les pasa es el desafío.
Los más pequeños ni siquiera reconocen que les está afectando. Pueden tener momentos de tristeza, ira, enojo. El juego libre, el dibujo y los cuentos pueden ser los canales por donde puedan expresarse. Si el niño manifiesta su angustia, su incertidumbre y sus miedos en este contexto, hay que permitirlo siempre y cuando pueda exteriorizarlo sin hacerse daño o dañar a otros. Sino que hay que ayudarlo a manejar esas emociones para que pueda canalizar y lograr cierto autocontrol.
Para conectarnos con ellos es necesario acercarnos a su mundo. Y con los más chicos requiere tirarnos al piso y jugar con ellos, implica estar a su altura y encontrarnos en su espacio. Proporcionarles muñecos para que representen escenas cotidianas, animalitos, autos, elementos para que puedan dramatizar y disfrazarse. Los juegos de construcción, los didácticos y los juegos de mesa también aportan aprendizajes significativos y desarrollan la creatividad, la imaginación y la inteligencia.
No olvidar la actividad motriz, no necesariamente debe ser una actividad física reglada, puede ser correr, saltar, hacer circuitos con cinta, posibilidad que nos brinda el patio y la vereda, juntar hojas para armar un collage y palitos, pintar piedras, caminar por el parque, andar en bici…
Las mascotas también en este tiempo son relevantes. Si bien ocupan un rol importante en general en la vida de las personas y más para los chicos. Desde lo afectivo, les posibilita estar acompañados incondicionalmente, favorece la comunicación, les permite entender los ciclos de la vida, y comprender la afección de enfermedades y la elaboración de los duelos.
Como conclusión es importante el acompañamiento como adultos. Dar cierta flexibilidad en el buen uso de la tecnología, ya que esto le permite al niño o adolescente sostener los vínculos con amigos, tíos, abuelos, primos y recrearse con personas que no están pudiendo ver. La importancia de establecer rutinas, sostener los hábitos, es una de las cosas que más ayuda a organizarnos y estar más seguros ya que brindan un marco de contención. El no dormirse tan tarde, respetar los horarios de la comida, nos ordena y termina dando cierta seguridad en esta situación compleja y de tanta incertidumbre.
Brindarles más abrazos, leerles cuentos, hablar de lo que les pasa y ayudarlos a expresarse, jugar y estar más disponibles para ellos en este tiempo, puede ayudar a superar las dificultades que se puedan ir presentando.