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Tarjetas de crédito, ¿en un pago o en cuotas?

En momentos de alta inflación los pesos queman, los ingresos se debilitan y, a la vez, las necesidades de consumo de las familias deben ser cubiertas. En este caso, es muy importante para el presupuesto doméstico buscarle cualquier ventaja a los medios de pago para que el dinero rinda más.

Si bien cada vez es más complicado pagar en cuotas, ya que algunos comercios no aceptan financiar lo pagos, mientras que otros aplican recargos que pueden superar el 100 por ciento anual, aún existen casos en los que es conveniente esta modalidad. Entonces ¿Cómo saber si es conveniente el pago único por un producto o aprovechar la alternativa del pago en cuotas?

¿Cómo utilizarla? Ante la posibilidad de comprar un producto con tarjeta, se deben ingresar tres datos. El primero es el precio de contado. El segundo es el precio total en cuotas: si el producto, por ejemplo, se ofrece en 6 cuotas de $1.000, se ingresará $6.000. El tercer dato a ingresar es la cantidad de cuotas. Si el producto se ofrece con diferentes planes, se podrá repetir la operación variando la cantidad de cuotas. A veces, por caso, es conveniente financiarse con 6 cuotas, pero hacerlo con 18 no lo es.

Una vez completada esa información, la calculadora recomendará si la mejor opción es comprar en un solo pago o hacerlo en cuotas. También informará cuál es la tasa de recargo que se aplica, lo que permite compararla con la inflación esperada a lo largo del plazo de financiamiento.

La calculadora también aporta otros datos para el consumidor. Uno es la “Sumatoria de las cuotas ajustadas al valor de hoy”, que permite saber cuánto se pagará por el total de la compra financiada en términos reales, descontado el efecto de la inflación. También se informan las “Cuotas ajustadas por inflación acumulada mes a mes”, donde se explica el valor anterior, pero con el detalle de cuánto representa en cada uno de los pagos mensuales.

¿Conviene comprar en cuotas?

La compra en cuotas puede ser conveniente por diferentes motivos:

1) Permite diferir los gastos. La ventaja principal de las cuotas es la posibilidad de financiar un gasto. Gracias a estas, podés adquirir productos que, probablemente, no puedas pagar en un solo pago o te resulte muy difícil hacerlo.

Por ejemplo, un producto de 240.000 para una persona que cobra un salario de 400.000 pesos le representa el 60 por ciento de su sueldo. Sin embargo, si abona en 12 cuotas el monto apenas llega a 20.000, un cinco por ciento del sueldo, número más que razonable.

Además, suponiendo que los precios se mantienen constantes, se debería esperar un año para adquirir y disfrutar de ese bien, mientras que, al financiarlo, podés disfrutarlo desde ese instante.

2) Permite pagar menos. En contextos de elevada inflación, sumado a altas tasas de interés, es posible gastar menos dinero gracias al pago en cuotas.

Por ejemplo, si un producto cuesta 100.000 pesos y el precio es el mismo tanto de contado como financiado y el usuario cuenta con el dinero, es más rentable que saque el producto en cuotas e invierta ese dinero en instrumentos como el plazo fijo o los FCI (Fondos Comunes de Inversión) money market para obtener intereses. De esta manera, todo el rendimiento que obtenga ese dinero mientras se paguen las cuotas reducirá el costo final de lo pagado por el producto.

Este último punto ha vuelto más conveniente elegir la tarjeta de crédito por sobre otros medios de pago. Por el lado de las billeteras virtuales muchas ofrecen rendimiento sobre el saldo depositado en la cuenta por lo que rinden intereses todo el tiempo, sin más trámite. En el caso de los bancos, es posible transferir un saldo de caja de ahorro o cuenta corriente, cuyo rendimiento es 0, a un FCI con rescate inmediato, que permite ganar intereses por ese saldo incluso por un solo día.

3) Permite un mayor consumo inmediato. Si bien puede ser controversial, el acceder a financiamiento te permite tener un mayor consumo inmediato. Por ejemplo, retomando el hipotético caso de un asalariado que cobra 400.000 pesos y necesitaba un artículo de 240.000 pesos, si bien este representaba un 60 por ciento del sueldo, podía permitírselo.

Si en lugar de uno necesitaba cinco, directamente sería imposible pagarlo. En cambio, si se paga en 12 cuotas, éstas representarán el 25 por ciento de su salario, por lo cual podría adquirir cinco bienes que, de otra forma, no hubieran estado a su alcance.

Los límites de las tarjetas de crédito que no se ajustan a la realidad económica del país, la alta inflación y el bajo poder adquisitivo, exacerbaron la necesidad de los planes de pago en cuotas, aunque es imprescindible determinar hasta qué punto un producto resulta más barato o más caro que hacerlo en un solo pago, siempre con la variable inflacionaria que es tan difícil de dilucidar. En este contexto, cada vez más empresas lanzan sus propias líneas de crédito: estas iniciativas buscan, además de ser un desahogo financiero de los clientes, un impulso para su crecimiento económico.

Por último, también cabe resaltar que en tiempos de alta inflación, los comerciantes de todos los sectores suelen aplicar descuentos por pago al contado, con distintas modalidades si el pago se hace con tarjeta de crédito, de débito, transferencias o incluso en efectivo. Esos descuentos también deben considerarse a la hora de establecer cuál es la forma de pago más atractiva.

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