Víctor Ludi
Es momento de finalizar una etapa ligada al éxito y el reconocimiento, para comenzar otra que tiene un futuro incierto. Pasaron 10 años desde que inició su camino en el mundo del boxeo, allá por el 2009, tiempo en el cual realizó sus primeros combates como peleador amateur para, luego, ir creciendo y afianzándose, a tal punto de ser una fija para representar a Argentina en cada competencia internacional.
Su cara se fue haciendo habitual en los distintos torneos organizados por la Asociación Internacional de Boxeo Aficionado (AIBA) y él demostró estar a la altura de las circunstancias en la gran mayoría de sus presentaciones, aun cuando el resultado no fue el esperado. Su logro más destacado fue haberse clasificado a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, tras superar una serie de competencias eliminatorias, y así pudo vivir desde adentro la cita más importante que tiene el deporte mundial.
Pero a sus 26 años, con casi 100 peleas en su palmarés, el concordiense Leandro Blanc entendió que ya era la hora de pegar el salto y dejar atrás esos lindos recuerdos para dar un nuevo paso: convertirse en boxeador profesional. Y tras una agotadora jornada de entrenamiento, Musculito atendió a Mirador Entre Ríos y habló de lo que se le avecina en el mundo de las narices chatas.
-Tu paso al profesionalismo fue sorpresivo, ¿cómo se dio?
-Estoy a punto de dar el siguiente paso en mi carrera. Lo había hablado con mi entrenador hace un tiempo porque creímos que era la hora de pasar al boxeo profesional y nos ofrecieron hacer el debut en agosto, en el estadio de la Federación Argentina de Boxeo (FAB). Aún no hay nada confirmado pero sería el sábado 3 de agosto, con un rival a definir. Manejábamos otras opciones para seguir con mi carrera, pero salió rápido esta posibilidad y ahora estoy focalizado en eso.
-¿Te sorprendió ese ofrecimiento?
-Si bien ya manejaba esta opción, no lo pensaba en lo inmediato. Pero bueno, surgió esta propuesta, Osvaldo Bisbal –ex presidente de la FAB- habló con mi equipo y le confirmamos.
-¿Qué repercusión ha tenido la noticia en Concordia?
-Es algo reciente, primero lo fueron sabiendo mis amigos y compañeros. La gente se va enterando de a poco y me pregunta, por lo que creo que va a tener bastante repercusión cuando se acerque el día de la pelea. La gente de mi ciudad siempre me ha manifestado su apoyo.
-Se viene otra etapa, ¿qué balance haces de tu carrera amateur?
-Estoy muy contento por todo lo que hice representando al país. Me quedó el sabor amargo por no haber podido hacer otras cosas, pero sé que di todo de mí y la gente de la Federación quedó muy conforme por cómo los representé. Igualmente ya estoy enfocado en lo que se me viene, porque quiero darle alegrías a la gente de mi ciudad.
-¿Cuáles son esas cosas que te dejaron un sabor amargo?
-Hubo cambios en el reglamento y AIBA decretó sacar mi categoría (hasta 49 kilos) para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, a los que pretendía clasificarme y llegar con más experiencia y rodaje, con la idea de mejorar mi anterior presentación (NdeR: perdió por puntos en la primera ronda ante el mexicano Joselito Velázquez). Entonces no me quedaban certámenes tan importantes como aficionado, por lo que esto también influyó en mi decisión de pasar al profesionalismo.
-¿Sentís que el roce internacional que tuviste te puede dar una ventaja importante sobre tus rivales, al menos en las primeras peleas?
-En esos seis años que estuve en la selección sumé muchísima experiencia, aprendí un montón sobre el oficio del boxeador y cómo comportarme como tal. Creo que lo que más gané con la experiencia internacional fue eso. También la calidad de combates me sirvió de enseñanza, además de saber lo que es pelear a cuatro, seis y ocho rounds. Sé que voy a debutar contra un rival con pocas peleas o, tal vez, otro debutante, y a lo mejor mi experiencia me permita tener una ventaja a la hora de manejar los tiempos de pelea, sufrir para dar el peso y demás cosas. Sé qué tomar y qué no antes del pesaje, antes o después del entrenamiento y la pelea. Pero, si bien corro con esa ventaja, no voy a subestimar a nadie porque cada rival merece respeto y va a querer ganar su pelea al igual que yo.
-Te ha tocado estar mucho tiempo alejado de tu ciudad y seres queridos, ¿eso te sirvió para fortalecerte mentalmente?
-La gente que conoce de boxeo sabe que si uno quiere lo mejor debe hacer grandes esfuerzos. Por ejemplo, yo tuve que irme a entrenar afuera de mi ciudad durante bastante tiempo y sé que tendré que volver a hacerlo porque debo practicar con los mejores sparrings que se puedan conseguir, siempre pensando que debo dar lo mejor de mí para que me salgan bien las cosas. Son sacrificios que los boxeadores tenemos que hacer, pero entiendo que es parte de mi trabajo. Al principio me costó un montón alejarme de mi familia, mis amigos y mi hijo, pero lo hago buscando lo mejor para ellos también.
-¿Ya definiste en cuál categoría vas a pelear?
-Lo que siempre hablamos con mi equipo es de debutar en la categoría Minimosca (48,99 kilos) y meter un par de peleas más ahí, porque me siento cómodo y fuerte. Además, llego bien a los pesajes sin la necesidad de exigirme demasiado. Después veré qué hacer, en la categoría Mínima (47,63) no hay muchos rivales por lo que no me imagino peleando ahí, pero tampoco lo descarto por ahora. Como tampoco descarto la posibilidad de subir a peso Mosca (50,35).
-¿En el profesionalismo se puede pelear de la misma manera que lo hacías como amateur?
-Llevo 10 años en este deporte y mi estilo de boxeo no lo voy a cambiar. Mi forma de pelear es yendo al frente, buscándolo a mi rival y creo que no lo puedo modificar. Obviamente que a todo boxeador se le pule el estilo, tratando de potenciar virtudes y corregir los errores que comete. Lo que sí estoy seguro es que tendré que pensar un poquito más arriba del ring, siempre con mi forma de pelear.
-¿Te propusiste alguna meta?
-El boxeador siempre tiene sueños. Como amateur pude cumplir el objetivo de estar en los Juegos Olímpicos, que es la competencia más importante en la que se puede participar. En el campo rentado todos queremos tener un título, arrancando con el Argentino, Sudamericano y, como todos los boxeadores, tengo el sueño de ser campeón mundial. Igual iré paso a paso, sumando experiencia y poniendo todo mi empeño.
Su trayectoria amateur
Blanc comenzó a pelear en 2009 y desde el 2014 que fue parte de las distintas competencias reguladas por la AIBA. Representó a la franquicia argentina Los Cóndores en la Serie Mundial de Boxeo y formó parte del certamen AIBA Pro Boxing (APB). También integró el equipo argentino en el Mundial de Doha 2015, los Juegos Odesur 2018 en Cochabamba (fue medalla de plata), la Copa del Pacífico 2018 (nuevamente se colgó la presea plateada) y Torneo Internacional Strandja 2019 en Sofía (consiguió la medalla de bronce). Pero su victoria más resonante la consiguió ante el surcoreano Jonghun Shinel el 8 de julio del 2016, en Vargas, Venezuela, donde obtuvo la clasificación a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. En Brasil no pudo superar la primera ronda, instancia en la que fue derrotado por el mexicano Joselito Velázquez.
El heredero
Antes que Musculito Blanc, Concordia contó con otro boxeador olímpico: Remigio Molina, quien quedó a un paso de adjudicarse la medalla de bronce en Barcelona 1992. Posteriormente fue profesional con una vasta trayectoria en el plano nacional e internacional, llegando a combatir contra leyendas como los mexicanos Juan Manuel Márquez y Erik Morales, o el inglés Naseem Hamed. Molina falleció el 17 de septiembre del 2016, a los 45 años, cuando se descompensó mientras disputaba un partido de fútbol amateur.