Tomás Jaime, un joven de 24 años oriundo de La Paz, atraído por el gin tonic, su trago preferido, decidió hacer su propia bebida. “Me agarró esta locura de hacer gin y soy una persona que cuando me enfoco en un proyecto, hasta que no me sale no paro”, sostuvo en una entrevista con Mirador Entre Ríos.
A sus 19 años, mientras estudiaba en Buenos Aires la carrera de Administración de Empresa y recorría diferentes bares, tomó la posta y se propuso el desafío de aprender a destilar la bebida blanca. Hasta que llegó la recompensa y hoy fabrica un gin único en el mundo, que tiene como característica principal las notas de piel de mandarina.
“Siempre tuve la idea de que sea una receta cítrica porque es lo mejor que tenemos en la Mesopotamia y nos representa en todo el mundo. Ahí pensé en la materia prima que necesitaba para hacer un gin y que sea distintivo”, indicó el entrerriano.
Desde el 2016 entró al mercado y comercializa la bebida en grandes ciudades del país como Buenos Aires y Rosario, y en Uruguay, con un gran auge en bares reconocidos de Punta del Este. En la actualidad, con su destilería ubicada en Paraná, produce 2.000 botellas por mes.
“Estamos haciendo gestiones con un representante en San Pablo y en Río de Janeiro, y más o menos en dos meses vamos a mandar para vender a Brasil. Y vamos a mandar muestras a Estados Unidos, tenemos un conocido que vende vinos del sur argentino y vende su producción en Nueva York”, destacó Jaime, quien comentó que para entrar en el mercado norteamericano “tenemos que pasar miles de controles”, pero sueña con llegar y “con el producto allá te da el aval para poder llegar a cualquier mercado del mundo. Ojala se nos dé, está todo armado y sólo nos falta pasar las inspecciones en Estados Unidos”, se esperanzó.
-¿De dónde te surgió la idea de fabricar tu propio gin?
-Me fui a estudiar a Buenos Aires cuando terminé el colegio, empecé a conocer bares de coctelerías y empecé a tomar gin tonic (mezcla de la bebida blanca con agua tónica). Desde ese momento el gin comenzó a tener auge en los bares de allá y se empezó a poner de moda la bebida.
En aquel momento surgió un gin que se hace en Mendoza y era lo poco que se conseguía, porque estaban cerradas las importaciones y lo que se encontraba era muy caro.
-Pero ¿tenías alguna noción de cómo hacer la bebida?
-No, pero me puse como objetivo investigar y averiguar cada detalle, sobre el destilado y cómo hacer un gin. En su momento, y ahora tampoco, no hay mucha información y las recetas de las otras marcas están súper cuidadas, y lo que aprendí es que requiere un proceso de destilación muy complicado. Por eso no es tan accesible hacer gin, como por ejemplo hacer cerveza o licores.
Me acuerdo que fui a una librería a comprarme un libro de finanzas para la carrera y me volví con dos libros que hablaban sobre el gin (contó entre risas).
-¿Fue complicado acertarle a la receta que querías?
-Sí bastante. Empecé a hacer pruebas y al principio no salía nada bueno y estuve probando dos años la receta hasta que más o menos di con algo interesante.
-Antes de llegar a la piel de mandarina ¿Con qué probaste?
-Con naranja, pomelo rosado, limón y otros cítricos. Pero la receta con mandarina, romero y un par de ingredientes más, fue la más me convenció y me gustó, ya que resultaba ser muy innovadora.
-Es único en el mundo…
-Bajo mi conocimiento es el único gin en el mundo con notas de mandarina. Hay una tendencia a nivel mundial de crear micro destilerías para representar con los botánicos (así se le llama a la materia prima) a la zona, por ese lado fue que le encontramos la vuelta de representar a la Mesopotamia.
“Estuvimos casi un año para habilitar la fábrica porque era la primera de gin en la historia de todo el Litoral”, Tomás Jaime, productor entrerriano.
-Después de tener tus primeras botellas ¿Cómo te insertaste en el mercado?
-Me hice muy amigo de los bartender, eso fue clave porque son los que hacen visible y hacen que la gente pruebe tu bebida.
Les llevaba una botella y les decía `mirá estoy haciendo este gin, probalo y decime que te parece´, y me recomendaban que le baje un poco el tono de mandarina, por ejemplo, y así perfeccioné la receta y pude meterme en el mundo de los bares.
Lo que logramos es que varios bartender se hicieron parte del producto y pudimos entrar al mercado, porque hoy en día con grandes marcas internacionales que ponen muchísima guita no podes competir.
También tuve la suerte de llegar a programas de televisión que se ven en todo el país, estuvimos en la barra de Showmatch, todo el año pasado en el programa de “Pico” Mónaco, y eso sirvió mucho para la marca.
-¿Por qué “heredero”?
-Surgió porque es un gin que hereda, justamente, toda la materia prima de su región, ya que el 80% es de nuestra zona. Las mandarinas que usamos son orgánicas y las traemos de quintas de Concordia y Villa del Rosario. Al romero lo traemos de La Paz. Tenemos pensado para el futuro certificar a la bebida como un producto orgánico, pero la traba es el enebro que tenemos que importar.
Hasta la misma agua que se usa para hidratar el alcohol es agua dulce del río Paraná.
Todo lo contrario pasa con los insumos que son todos importados, la botella, el corcho y la etiqueta.
-Una vez en el negocio tuviste que ampliar tu producción y asentaste tu fábrica en Paraná
-Sí, ya estaba buscando darle una vuelta de rosca más profesional al proyecto e hicimos la fábrica, ahí me asocié con mi primo y empezamos a buscar lugares hasta que llegamos a Paraná. Estuvimos casi un año para habilitar la fábrica porque era la primera de gin en la historia de todo el Litoral.
-¿De qué organismos necesitaste la habilitación?
-De la Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica); el INV (Instituto Nacional de Vitivinicultura) que te autoriza para trabajar con alcohol a granel; y la habilitación del Municipio.
-¿Se vende bien en el país?
-Se vende muy bien y a la gente le gusta. Las críticas son excelentes. Mandamos muestras a Europa y nos hicieron buenas críticas en una revista gastronómica de Londres, la cuna del gin.
-¿Cuál es la meta para este año?
-Exportar a más lugares el gin y hacer crecer el producto en nuestro país, porque el gin tonic se toma cada vez más en Argentina. El consumo de destilado a nivel mundial está creciendo bastante.
Características del gin
El nombre “gin” proviene de la palabra geneva, del francés geniévre o del holandés junever, dos palabras que significan enebro, la materia prima imprescindible para hacer la bebida. El enebro es un fruto seco “eso debe tener un destilado para que se lo llame gin, después cada marca le da su toque”, comentó Tomás y destacó que es el único ingrediente que debe traer de afuera: “Lo importamos de Macedonia porque el que hay en Argentina no es bueno”.
“Lo bueno de tomar gin es que cada botella, sea buena o mala, es distinta y tiene su propia historia detrás, porque cada marca le da su toque”, valoró.
Tomás Rico
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