El experto en Ciencias Meteorológicas Germán Heinzenknecht presentó en el auditorio de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos un completo análisis climático para la campaña 2022/23, brindando a su vez consejos sobre cómo deberían actuar los productores entrerrianos para lo que resta de la misma.
Luego de la exposición de una charla titulada “¿Será otra campaña con lluvias ajustadas?”, la cual fue presentada por el presidente de la Bolsa, Diego Maier; el consultor de climatología aplicada dialogó con Campo en Acción acerca de la influencia del fenómeno de La Niña en la campaña. Dijo que “arrancó con un otoño muy frío, pero por suerte con humedad. Yo creo que se pudo implantar muy bien la fina pero obviamente vamos a tener a La Niña como amenaza latente de nuevo, y por tercer año consecutivo”.
Explicó también que, aunque pareciera estar ya más debilitada y, por ende, no tendría tanta injerencia como años anteriores; es un factor de escala planetaria del cual el productor no debe confiarse sobre todo en el último trimestre del año, donde tienden a flaquear las precipitaciones.
“Siempre hay momentos donde va a faltar el agua, pero esto no quiere decir de ninguna manera que las lluvias vayan a escasear mucho”, acotó el especialista. Recordó que el último verano fue muy duro en lo que respecta a escasez de lluvias, desde diciembre hasta mediados de enero, resultado de una mezcla tanto de La Niña como de cuestiones de escala regional.
Pasando al plano de la Región Centro, Heinzenknecht indicó que el recurso hídrico está muy dividido entre el este y oeste, para Entre Ríos particularmente la situación está mejor que para Santa Fe y Córdoba, que están muy ajustados de humedad. Sumó que el norte de Buenos Aires también está teniendo problemas de sequía, y el sur de la región pampeana se encuentra mejor.
Pero al mismo tiempo, contó que, si bien la situación no es ideal, su parecer es que arrancamos un agosto un poco más húmedo y con lluvias más frecuentas, lo que permitirá recargar reservas de agua para llegar a septiembre con mayor tranquilidad. “Me parece que no se puede afirmar que la fina va a ser un escenario fácil, pero también me parece que los productores la podrán pilotear”, observó.
Según el experto, si el productor reconoce en su perfil una buena carga de agua, podría animarse a una siembra temprana para la gruesa de maíz. Caso contrario, debería arriesgarse a ir a las siembras un poco más tardías, tratando de correr la floración: “Lo cual es un aspecto más agronómico, no tan meteorológico. El productor obviamente sabe más que yo de agronomía, pero de tantos años de trabajar con productores he aprendido que en general cuando uno quiere adelantarse obviamente uno tiene que correrse hacia fechas más tardías”, confió.
Si bien esta práctica no representa una costumbre muy asentada en Entre Ríos, Heinzenknecht recomienda al productor empezar a probarla, porque estas volatilidades del clima son cada vez más frecuentes, y generan estos escenarios que a veces son perjudiciales justo en la época de principios de diciembre o de enero, esos meses donde el maíz sembrado temprano pide agua.
Ponderó la red de centrales meteorológicas que posee la Bolsa de Cereales de Entre Ríos en todo el territorio provincial para el monitoreo del clima, resaltando que sin ellas la recolección de datos estaría limitada a unas pocas centrales propiedad del INTA; y que esta importante red de más de 80 centrales es una condición que diferencia a Entre Ríos del resto de las provincias. “Los satélites, por su parte, están hace varias décadas, pero son herramientas que justamente necesitan estar mucho tiempo funcionando para poder generar las estadísticas y datos que podremos transformar en información. Esa información disponible actualmente está alimentado modelos cada vez más precisos, y lentamente se va yendo hacia el gran desafío meteorológico que es tener tendencias a mediano y largo plazo más fiables, ya que el pronóstico de corto plazo hasta los 10 o 15 días está resuelto y, aunque la precisión a veces no sea la ideal, de todas maneras es una herramienta confiable. El gran desafío meteorológico obviamente es tratar de ver a 45 o 60 días”, sentenció.
Augusto Olivieri / Campo en Acción