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El Gobierno define por estas horas el futuro del impuesto a los combustibles líquidos. En enero vence el último decreto de prórroga que congeló el tributo en $27,6 desde octubre de 2022. Un incremento del 100% podría impactar en una suba de precios del 25% en el surtidor. Las empresas aseguran que el traslado a los consumidores será inmediato. En el equipo económico lo analizan como una de las alternativas para financiar el retiro del capítulo fiscal de la ley ómnibus. Luego de subas que ya superan el 80% desde el comienzo del gobierno de Javier Milei, este jueves los combustibles podrían tener un nuevo incremento en los precios al consumidor. Esto podría suceder si el Gobierno decide no prorrogar el congelamiento del impuesto a los combustibles líquidos que rige desde octubre del año pasado y fue prorrogado en distintas ocasiones. “Es un alternativa que está en análisis”, reconocen fuentes del equipo económico ante la consulta de este medio. Es que ante el retiro del capítulo fiscal de la ley ómnibus, se buscan distintas vías para financiar la pérdida que implicará para el fisco no contar con esos recursos. Los combustibles aparecen como una herramienta viable para morigerar el impacto rápidamente. Según un análisis del Instituto Argentino de Análisis Fiscal, el valor real del monto fijo del tributo descendió un 85% entre diciembre de 2018 y diciembre de 2023. Con este escenario, la recaudación mensual por el impuesto en cuestión descendió un 77% real en cinco años. “Bajo el supuesto de un consumo de nafta súper igual al de 2018, si el gobierno retomara el valor real del tributo al de ese año podría implicar recursos extras para Nación por 0,37% del PBI”, estimó el informe del IARAF. Además, en un momento de tensión con los gobernadores por la caída de recursos coparticipables, implicaría un alza de 0,15% del PBI para las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Este punto cobra especial relevancia luego de que tal como anticipó Ámbito, el vocero presidencial Manuel Adorni confirmara el retiro del proyecto para reimponer el impuesto a las Ganancias a los trabajadores. La Ley 27.430 estipula un aumento trimestral del impuesto según el IPC del Indec, pero por distintos decretos del Ejecutivo la actualización se fue posponiendo. Por lo que en este caso, el Gobierno no necesitaría pasar por el Congreso ni firmar ningún decreto para incrementar el impuesto a los combustibles líquidos. De hecho sin firmar una nueva prórroga, a partir del jueves podría darse una actualización.
Según los cálculos del IARAF un incremento del 100% en el impuesto podría impactar en subas del 25% en el surtidor. Por lo que el litro de nafta super podría saltar de los $800 actuales a cerca de $1.000. Las empresas advierten que todavía no alcanzaron los precios de paridad de exportación y ya avisaron: irá directo al consumidor.
fuente ámbito