Desde este mes pagar la luz en la provincia será más caro. Es que ya rige la nueva tarifa de la Empresa Provincial de la Energía (EPE), habilitada por el Ejecutivo. El servicio, a partir de mayo, será facturado con un aumento del 14%, luego un 8% en julio y, finalmente, un 9% en noviembre. Es decir que comenzaron a aplicarse los tres aumentos del año que totalizarán un 31% a lo largo de todo el 2021.
Sin dudas que esto impactará sobremanera en residentes con alto consumo energético, pero sobre todo en las empresas de la región que, inclusive, vienen padeciendo los embates de las restricciones impuestas tanto por el gobierno provincial como el nacional, en el marco de la segunda ola de Covid.
En base a un informe elaborado por Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), al que tuvo acceso Mirador Provincial, se expone en detalle cuánto podría variar el ajuste tarifario desagregando si se trata de una vivienda familiar, una pyme o una gran industria.
Los incrementos llegan tras celebrarse la audiencia pública el pasado 23 de abril, para escuchar y recoger las opiniones de los santafesinos y santafesinas sobre la propuesta de adecuación del cuadro tarifario de la EPE.
Fue el Ministerio de Infraestructura, Servicios Públicos y Hábitat el que puso límites al aumento solicitado por la empresa, que solicitaba aumentos mayores a los otorgados, e implementará un incremento escalonado del valor agregado de distribución de la energía eléctrica.
Así, finalmente, se definió un incremento anual del 31%, pero escalonado en tres tramos: mayo, julio y noviembre. Sin lugar a dudas que tendrá un impacto económico duro en los sectores productivos de la región que vienen atravesando una situación dramática desde que comenzó la pandemia.
Sector por sector
El informe elaborado por CESO explica que “el precio de la energía eléctrica no es el mismo en todo el país y el impacto de los aumentos en la factura final no es homogéneo. Mientras que el precio mayorista de energía es definido por el gobierno nacional a través de la Secretaría de Energía, el valor agregado de distribución (VAD) es definido por cada distribuidora y autorizado por el ente jurisdiccional que corresponda. En el caso de Santa Fe, el gobierno provincial y en el caso de Buenos Aires lo define el gobierno nacional a través del ENRE”.
También, señala que fue en agosto de 2019 la última vez que se aumentó el precio mayorista de energía y, luego, se congeló. En la provincia de Santa Fe, la EPE no trasladó ese aumento a los usuarios en aquel momento, sino que recién lo hizo en febrero de 2021.
Tras la audiencia pública del mes de abril, se acordó con la EPE un incremento en tres tramos de las tarifas energéticas a aplicar en los meses de mayo, julio y noviembre 2021. El impacto en las pequeñas demandas varía entre el 20% y el 32% según la categoría de cliente.
Por ejemplo, según CESO “un usuario residencial que consume 320kW/h en el bimestre deberá pagar un 14% más de importe básico a partir de mayo. Y cuando se aplique la totalidad del aumento será un 21% mayor a lo que paga desde mayo”.
“En un caso residencial con un consumo mayor (1.200 kW/h por bimestre) ese incremento será más alto. Si bien paga desde mayo un 14% más como el caso anterior, cuando se aplique la totalidad del aumento pagará un 32% más que en mayo”, explican.
En el caso de las tarifas no residenciales de pequeñas demandas como la industrial y la comercial “el incremento del importe básico para un consumo de 3.300 kW/h será del 13% a partir de mayo. Y cuando se aplique la totalidad del aumento dividido en tres tramos será del 27% para la tarifa industrial y del 30% para la comercial”.
Por su parte, las grandes demandas mayores a 300 kW serán los más afectados con el aumento del precio de la electricidad, con un aumento del 63%. “Una metalúrgica de la línea blanca, por ejemplo, que pagaba en febrero 995.512,61 pesos pasará a pagar 1.620.721,72 a partir del mes de mayo”.
Sin dudas que el aumento de la EPE, convalidado mediante audiencia pública y con un tope que no supera el 35% de incremento -es un 31% en todo el año-, tendrá indefectiblemente un impacto importante en la economía de los sectores productivos más emblemáticos de la provincia, que tendrán que elaborar estrategias para afrontar los nuevos cotos de la energía.
Ignacio Pellizzón MIRADOR