El ovario y las trompas de Falopio forman parte del aparato reproductor femenino contando con un ovario y una trompa a cada lado de útero, órgano central destinado al crecimiento fetal durante el embarazo.
El peritoneo es un tejido que reviste la parte interna de la pared del abdomen y éste a su vez se encuentra cerca de los ovarios y trompas.
“En la actualidad, la terminología correcta es hablar de cáncer de ovario, trompas y peritoneo que, si bien son biológicamente diferentes, son tratadas tanto quirúrgica como oncológicamente de manera similar”, afirmó Federico Bianchi, jefe de Sección de Ginecología Oncológica Hospital Alemán.
El especialista indicó que “el ovario es lugar de asiento de varios tipos de tumores, siendo más frecuentes (90%) los localizados en el tejido superficial (capa que cubre el ovario) del mismo y son denominados tumores epiteliales”.
No se reconoce una causa específica
Bianchi puso de relieve que el cáncer de ovario “es una enfermedad que afecta predominantemente a mujeres post- menopaúsicas y en la actualidad no se disponen de métodos de detección temprana, entendiéndose como tales aquellos estudios que detectan la enfermedad antes de que genere síntomas”.
“No se reconoce una causa específica que la produzca, pero se asocia a mujeres que no tuvieron hijos, relacionando esto a un mayor número de ovulaciones. Por otro lado, existe un riesgo genético (5-10%) denominado síndrome de cáncer de ovario-mama”, añadió el especialista.
El ginecólogo firmó que “es una enfermedad que suele producir muy pocos síntomas y, en el caso de producirlos, no son específicos”.
“Estos pueden variar desde un ligero malestar en la parte inferior del abdomen, dolor en esa área, presión en región pelviana hasta distensión del abdomen. Si los síntomas empeoran o no desaparecen se debe consultar con un ginecólogo para diagnosticar lo más pronto posible y tratar el problema rápidamente”, detalló.
No obstante, Bianchi remarcó que ante la sospecha de cáncer de ovario “deben solicitarse estudios para precisar el estado de la enfermedad tales como examen físico, marcadores tumorales, ecografías transvaginales, tomografías y resonancias determinando si la enfermedad se encuentra limitada a los ovarios o si se ha diseminado por la cavidad abdominal”.
“El cáncer de ovario debe ser tratado por ginecólogos especializados en ginecología oncológica, subespecialistas destinados a tratar solamente enfermedades oncológicas del aparato reproductor femenino”, enfatizó.
En cuanto al tratamiento, el experto indicó que “radica en la resección o remoción del tumor junto con el útero, ganglios pelvianos en casos detectados tempranamente o cirugías con resecciones multiorgánicas (varios órganos) en estadios avanzados, seguido la mayoría de las veces por quimioterapia”.
“Los tratamientos más efectivos hasta el momento son aquellos en los cuales la quimioterapia es administrada dentro de la cavidad abdominal, terapéutica denominada quimioterapia intraperitoneal”, concluyó.