El eclipse total que tiñó de color rojizo a la Luna, fue el último evento astronómico de este tipo con observación óptima desde el Hemisferio Sur en lo que resta del año.
Mantas, celulares, cámaras, telescopios, café, té, y el infaltable mate acompañaron por más de cinco horas a quienes llegaron al predio, ubicado a unos 10 kilómetros de la capital de Entre Ríos.
Las actividades comenzaron a las 20, con un taller teórico práctico sobre astronomía, en el cual aprendieron sobre los trabajos que se realizan, pero también vieron cómo y con qué herramientas.
“Medio país tiene nubes, pero acá el clima acompañó y nos tocó un cielo despejado”, destacó a Télam Walter Elías, presidente de la Asociación Entrerriana de Astronomía (AEA), a cargo del Observatorio.
Además, es el primero luego de la pandemia del coronavirus, lo que generó que se agoten las entradas anticipadas y que debieran habilitar el ingreso a “un montón de gente que se agolpó afuera para ingresar”.
La gente circuló por el predio y aprovechó varios telescopios que estaban instalados afuera para ver el progreso del eclipse.
También desde las 22:30, y hasta pasada la medianoche, el público pudo subir a la cúpula y conocer más el trabajo científico que se hizo detrás del fenómeno.
Allí analizaron la coloración del eclipse, observaron ocultaciones estelares, impactos meteóricos y accidentes selenográficos a través del telescopio científico, con el que conocieron los trabajos que realiza el Observatorio sobre cráteres y sobre el evento.
Cada 30 minutos, se tomaron fotografías que luego serán enviadas a Italia, donde serán comparadas con otras tomas registradas en distintas partes del mundo, en el marco de una agenda global, explicó Elías.
Esa agenda es establecida en conjunto con la Asociación de Observadores Lunares y Planetarios, con sede en la Universidad de Aberystwyth (Gales).
Juan Cruz, 9 años, llegó con su familia por primera vez al Observatorio para aprender sobre el espacio y para verlo desde distintos ángulos.
“Estuve esperando esto varios días, vi la luna de varios tamaños medianos y grandes con varios telescopios, me encanta esto del espacio”, dijo el niño a Télam.
Cerca de las 23 la luna comenzó a atenuar su fuerte brillo, y, una hora más tarde, más de la mitad del satélite estaba bajo la sombra. El punto máximo de euforia se dio minutos antes de las 0:30, cuando la luna tomó distintas tonalidades
El fenómeno es el tercero de cuatro eclipses lunares metónicos (períodos orbitales de la Tierra y de la Luna) en la misma fecha, cada uno separado por 19 años, el segundo eclipse del año (el primero fue solar) y el primero de este tipo en lo que va de 2022.
También es el primero del año que se pudo ver en el Observatorio, ya que para el eclipse solar el clima no acompañó.
En ese sentido, Elías contó a Télam que “es lógico” que ocurriesen estos fenómenos con pocos días de diferencia, que hay de dos a tres eclipses lunares por año, y que el próximo recién ocurrirá a fines del 2022.
Finalmente, destacó el trabajo de los integrantes de la Asociación, que son “astrónomos amateur que tienen una profesión de día, y de noche nos dedicamos a la difusión e investigación de fenómenos ordinarios y extraordinarios”.
El Observatorio Astronómico se fundó el 24 de septiembre de 1986, es administrado por la AEA, y se ubica en un predio cedido por el Gobierno de Entre Ríos dentro del complejo agrotécnico de la Escuela Alberdi.