En mayo pasado, el Ministerio de Economía que conduce Luis Caputo había dado a conocer la decisión de no cobrar retenciones a los lácteos por un año. En esa oportunidad se dijo que la decisión buscaba “brindar estabilidad y competitividad a toda la cadena láctea, impulsando inversiones que fortalezcan tanto la producción como los procesos industriales. Es fundamental para el crecimiento del sector y para promover la inserción de nuestros productos lácteos en el mercado internacional”.
El decreto justificó la prórroga hasta el 30 de junio de 2025 argumentando que “es preciso contextualizar la situación del mercado lácteo, fluctuante ante diversos elementos, entre los que se encuentran las condiciones climáticas que repercuten en sus precios y costos internacionales”. En rigor, 2023 fue con la sequía un año de fuertes pérdidas.
Recordó que “que en el último semestre, a raíz de la reducción al cero por ciento (0 %) de la alícuota del derecho de exportación, que dispuso el Decreto N° 9/24, para ciertos productos lácteos y sus derivados se evidenció un paulatino, pero constante crecimiento interanual en los volúmenes de exportación de los productos lácteos; esto, incluso a pesar de contar con precios promedios de exportación más bajos que meses anteriores, dando cuenta de que aumentó la posibilidad de concreción de operaciones, a mayor resguardo de las fluctuaciones en la cotización internacional”.
La suspensión de las retenciones había sido en realidad originalmente anunciada a fin de septiembre último por el entonces ministro de Economía, Sergio Massa, en medio de la campaña electoral. Vale recordar que la leche en polvo tributaba un 9% de derechos de exportación y los quesos 4,5%.
En ese momento, la medida fue por 90 días, hasta que concluyó 2023. Sin embargo, en enero pasado, el gobierno del presidente Milei la extendió hasta el 30 de junio pasado. Ahora irá hasta el 30 de junio de 2025, publica La Nación.