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Más personas tienen problemas para pagar la tarjeta de crédito

Las entidades ya empezaron a anticiparse a un eventual efecto “bola de nieve” y están citando a los clientes en problemas para ofrecerles una vía de escape.

El caso es real. Un usuario de una tarjeta de crédito. En diciembre tenía las cosas controladas: consumos por $78.000 y un pago mínimo de algo más de $10.000. Como ese mes sólo abonó ese mínimo, al mes siguiente la tarjeta vino con un saldo de $128.000 y un pago mínimo de $14.000.

Hizo lo mismo: pagó el “mínimo” y siguió. En febrero, la deuda volvió a subir y el pago mínimo se fue a $35.000. Finalmente, este mes, cuando le llegó $255.000 y un pago mínimo de $100.000, al usuario no le quedó otra que parar la pelota y adherirse a un plan de refinanciación del banco.

Ejemplo como el mencionado se empezaron a multiplicar en los bancos. Y los financistas temen que los problemas se agranden todavía más a partir del mes que viene, cuando se acaban todos los beneficios que las entidades financieras otorgaron a partir de la explosión de la pandemia.

Para tener en cuenta: una de cada cuatro cuotas de créditos otorgados por bancos no pudo ser pagada por los clientes y fue refinanciada por las entidades financieras desde que empezó la pandemia.

Esta posibilidad -de pasar al final de la vida del préstamo las cuotas que no pudieron abonarse- forma parte del paquete de medidas de ayuda que tomó el Banco Central durante la emergencia.

Esas cuotas impagas se reprogramaron y podrán ser pagadas más adelante, en las mismas condiciones del crédito original. Se trata de una medida que estará vigente hasta fin de mes. A menos que el Banco Central decida una nueva prórroga a último momento.

Acciones.

Los bancos ya empezaron a anticiparse a un eventual efecto “bola de nieve”. Algunas entidades líderes están citando a los clientes en problemas para ofrecerles una vía de escape.

Básicamente, consiste en una oferta para refinanciar la deuda. El plan más promocionado se basa en un nuevo crédito a 36 meses de plazo.

De esa manera, una deuda de $100.000 se refinancia a una tasa del 43% anual (costo financiero total del 52,5%), lo que da una cuota mensual de $5.510. Es decir, el cliente termine devolviendo casi el doble de lo que pidió ($198.430).

“Es una posible solución ya que el cliente que debe con la tarjeta de crédito, o que no viene pudiendo pagar la cuota y la posterga hasta el final de la vida del préstamo, logra consolidar esa deuda y congela la deuda en cuotas fijas”, comenta a iProfesional el director de un banco líder en el sistema financiero.

De todas formas, hay algo claro: que el deudor -al fin de cuentas- termina asumiendo una deuda de largo plazo con una tasa de interés que muy probablemente estará por encima de lo que mejorará sus ingresos.

De acuerdo a un relevamiento de iProfesional por distintos bancos, la morosidad con las tarjetas de crédito todavía se encuentra en niveles históricamente bajos. De no más del 5% entre clientes particulares, en la mayoría de las entidades consultadas. No obstante, se trata de un nivel más elevado que el 2% a 3% de los tiempos de la prepandemia.

Uno de los datos relevantes que toman en cuenta en los bancos es la deuda promedio con las tarjetas de crédito: asciende a $165.000, y ha venido creciendo por encima al ritmo de la inflación.

Entre los clientes con problemas, también vino creciendo la utilización del límite que les dan las tarjetas: ya se encuentra en torno al 50%, contra un 30% que estaba antes de la pandemia. Es decir: aumentaron los casos de clientes con morosidad y también el nivel de endeudamiento de esas personas.

El tema de las deudas con tarjetas es seguido con especial atención en las entidades financieras: En menos de dos semanas, también empezarán a caer las cuotas de aquellos clientes que -en septiembre- refinanciaron los saldos de las tarjetas de crédito con el plan especial de tres meses de gracia y nueve cuotas consecutivas.

En algunas entidades líderes -públicas y privadas- observaron que uno de cada diez pesos del stock de deuda con tarjetas de crédito fue refinanciado con aquel plan especial “pandémico”.

Es la primera vez en las últimas crisis que los bancos observan con preocupación el incremento de la morosidad.

No porque se haya notado un salto inmanejable en los últimos meses. Pero sí hay una clara advertencia por la tendencia. Y porque, como quedó dicho, en las próximas semanas se terminarán definitivamente los planes de auxilio que se pusieron en marcha en abril del año pasado.

Desde el Banco Central también vienen monitoreando con suma atención la evolución de las deudas bancarias, en un contexto de crisis y una pandemia que prosigue.

La cautela va ganando espacio entre los bancos. Típico de momentos de incertidumbre, los financistas fueron moderando los límites de compra de las tarjetas. En especial de aquellos clientes a los que identifican como más riesgosos.

Esto quedó en evidencia con los últimos datos oficiales. Después de un crecimiento del 55% durante 2020, contra el año anterior, en el inicio de este 2021 se nota una marcada desaceleración, de acuerdo a los registros del Banco Central.

Se explica por un doble impacto: lo dicho, una falta de actualización de los límites, por parte de las entidades financieras, para evitar un salto en la morosidad. O directamente aplican una baja en los límites de compra con las tarjetas; un fenómeno que se da entre los clientes con mayor riesgo. Y un esperable menor uso de los plásticos ante la imposición del impuesto a los Sellos en la ciudad de Buenos Aires, del 1,2% sobre el total de los consumos.

Créditos UVA bajo la lupa

Otro capítulo refiere a los créditos UVA, que ajustan por la inflación. Y cuyas cuotas salieron del congelamiento el 1° de febrero. Ahí empezó un “plan de convergencia”, de forma tal de prorratear lo que se dejó de abonar durante el congelamiento a lo largo de 18 cuotas consecutivas.

En algunos bancos contaron a iProfesional que el 80% de los clientes pasaron por las sucursales para ponerse al día, antes de que comenzara el “plan de convergencia”. “Muchos no entendían de qué se trataba ese plan y, temerosos por la incertidumbre, prefirieron pagar la diferencia ahora”.

Otro plan que se terminó fue el de los créditos a tasa 0. Fue ya hace algunos meses pero esa masa de vencimiento forma parte de los pasivos que -ahora- los consumidores deben afrontar cada 30 días.

Aproximadamente, y dependiendo de los bancos, entre un 5% y un 8% de los clientes que sacaron esos créditos a tasa 0 se atrasaron con las cuotas.

En total fueron unos 620.000 créditos, por un promedio de $120.000.

Las próximas semanas serán claves para evaluar la evolución de la morosidad en el sistema financiero. Los propios financistas creen que la finalización de la ayuda oficial por la pandemia y la propia dinámica de la crisis podrían empeorar los ratios.

Por eso están atentos. Nadie quiere revivir una crisis profunda, como la de inicios de siglo.

Fuente: Claudio Zlotnik / Iprofesional

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