El ministro de Educación nacional, Nicolás Trotta, y sus pares de las provincias buscarán aprobar y rubricar este jueves el protocolo oficial para el regreso a las aulas.
En un escenario marcado por la cautela y los cuidados que impone la pandemia, el ministro de Educación nacional, Nicolás Trotta, y sus pares de las provincias buscarán aprobar y rubricar este jueves el protocolo oficial que moldeará el retorno a las clases presenciales en el país. Un regreso que dibujará una escuela diferente a la conocida, y que se activaría a principios de agosto en distritos con baja o nula circulación viral.
“Cuenta con un amplio consenso entre todas las provincias, que han participado en el proceso de elaboración”, destacaron desde la cartera educativa nacional, y hablaron de “acuerdo federal”.
Se trata de un mix de medidas de base y obligatorias con el objetivo de minimizar la posibilidad de contagios. Luego, cada gobernador podrá fijar disposiciones adicionales, ajustadas a la realidad de cada provincia. Los mandatarios serán también los responsables finales de la fecha del retorno a las aulas, si las condiciones epidemiológicas locales responden a las pautas mínimas que plantea Nación.
De no mediar giros de último momento frente a un proceso que interpela a toda la comunidad educativa, Nación y provincias marchan así -tras trabajar en los consensos necesarios y pulir el borrador final- hacia la firma este jueves de ese protocolo, en el marco de un nuevo encuentro virtual del Consejo Federal de Educación, que será encabezado por Trotta.
Los ministros explorarán además la espinosa cuestión de las fechas. En principio, el calendario escolar -respecto de las vacaciones de invierno y verano- no sufriría cambios.
En el marco de un análisis interdisciplinario que incluye al Ministerio de Salud de Ginés González García, en el Palacio Sarmiento creen posible a priori un regreso a las aulas en “gran parte del país” a principios de agosto, con la mirada en las provincias que cursan la Fase 5 de flexibilizaciones.
El foco de las autoridades educativas está puesto a priori en el lunes 3-A, luego del receso invernal, aunque ese escenario excluye -al menos- al AMBA y al Gran Resistencia, las áreas más golpeadas por la curva de contagios, y donde el regreso a las aulas se dilatará.
Pero el lote de provincias que finalmente esquivarían un retorno a clases en agosto podría ser mayor, a juzgar por los indicios que brotan de mandatarios y funcioanarios provinciales. “La decisión final la va a tener cada gobernador o gobernadora”, remarca con insistencia, y en esa línea, Trotta.
En algunas provincias se mixturan razones epidemiológicas con climatológicas. Es el caso de los mandatarios de Río Negro, Arabela Carreras, y de Neuquén, Omar Gutiérrez, quienes anclaron una potencial apertura de las escuelas recién en septiembre. “En la provincia las clases no van a volver como mínimo no antes de septiembre, quedan dos meses y medio de frío”, dijo Gutiérrez días atrás, y en igual sentido se pronunció luego Carreras.
En otras provincias, incluso con curvas de contagios menos preocupantes, la preocupación de los gobernadores también podría dilatar la reapertura de las escuelas. En las argumentaciones admiten el temor que genera la escalada de contagios en el AMBA.
“Poner una fecha sería aventurar algo que es imposible hoy de certificar, si (además) no tenemos todavía dimensionado cuál va a ser el pico de la epidemia en el AMBA y a su vez, como onda expansiva al resto del país”, aseguró en las últimas horas el justicialista pampeano Sergio Ziliotto, ante El Diario de la Pampa.
Desde Misiones –en alerta por el riesgo epidemiológico que les representa Brasil– incursionaron en otro aspecto, atado a los temores que atraviesan a familias y docentes. “Los padres no deberían verse obligados a mandar a sus hijos a la escuela en tiempos de pandemia, sino que debería ser algo optativo”, dijo el presidente del Consejo General de Educación provincial, Alberto Galarza, a FM Libertad. Una arista que es parte central de la mesa de análisis de Trotta y del diálogo que encara con los distintos sectores de la comunidad educativa .
El protocolo que marcha a ser rubricado este jueves fue elaborado de la mano de un trabajo conjunto entre el Ministerio de Educación nacional, las provincias, los gremios y especialistas de la cartera de Salud. Incluye dos instancias: pautas para garantizar las condiciones sanitarias antes de que reabran las escuelas y, una vez abiertas, ejes para el desenvolvimiento cotidiano.
Respecto de ese segundo punto, promueve pautas para un uso del transporte público y un ingreso y egreso escalonados; distanciamiento social de 2 metros (en las aulas, de 1,5 metros para alumnos sentados y con tapabocas, desde la primaria en adelante), y medidas estrictas ante limpieza y ventilación.
Ese esquema redundará en que los alumnos no irán todos los días a la escuela -se alternarán grados- y habrá aulas con menos alumnos. Se promueve un modelo de “aula burbuja”, con grupos de tres o cuatro estudiantes -respetando la distancia de 1,5 metros- que serán los primeros aislados ante casos confirmados o sospechosos. De ser necesario, luego se aislará al aula por un día (la idea es que no haya contacto entre los distintos grados).
Fuente: Ámbito