“Estamos en una situación de cesación de pagos. Nadie sabe a qué precio comprar o vender y es imposible financiarse. A las empresas no paran de reducir gastos y, si no se revierte, termina repercutiendo en el sector laboral”, alertó Daniel Rosato, presidente de Industria Pymes Argentinas (IPA).
El panorama ya era complicado desde comienzo de año, pero la suba de tasas de la semana pasada, para contener la estampida de la moneda estadounidense llevó la situación a un estado crítico.
Los problemas son diversos:
Por la estampida del dólar en muchos sectores se paralizó por falta de precios de referencia. La industria nacional tiene un alto componente de insumos importados. Al no tener una cotización estable, muchas empresas decidieron suspender las entregas.
Las grandes empresas extendieron los plazos de pago a proveedores con cheque a 90 días o más. Colocan ese dinero en el sector financiero y logran una ganancia adicional. El problema es que el proveedor no puede esperar a cobrar el cheque porque necesita hacer frente a distintos pagos. Si lo sale a vender puede tener una quita de más del 60% del capital. Girar en descubierto tiene, estos días, un costo de más del 50%. A esto se suma que el Banco Nación suspendió la operatoria de cheques diferidos y subió los costos de financiamiento productivo.
Si pudiera esperar al vencimiento de certificado, se encuentra con otro problema. Ante la inestabilidad cambiaria no sabe a qué precio vender la mercadería. Si lo hace con el valor del dólar del día, no puede garantizar que cuando cobre esa operación pueda reponer los insumos al mismo dólar que vendió. El dueño de una pyme proveedora de un hipermercado se lamentaba ayer de una venta importante que realizó hace dos semanas a un dólar de $20,50. “Hoy (por ayer) ya está a $22,94. Perdí plata”. Por eso, muchas empresas prefieren suspender las ventas.
Pedido
En este contexto, la CAME reclamó ayer que el Gobierno fije “tasas diferenciales” para las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MiPyMES).
La entidad solicitó, además, retomar las Líneas de Crédito para la Inversión Productiva que caducaron en diciembre de 2017.
Alrededor del 90% de las pymes producen para el mercado interno pero con alto porcentajes de insumos importados. Un salto del dólar como el de estos días les cambia ecuación económica. A la inflación en pesos se les suma el impacto del dólar más alto. si lo traslada a los precios pierde clientes. Un círculo vicioso.
Un ejemplo sirve para graficar el momento actual. El dueño de un laboratorio con unos 80 empleados se quedó casi sin liquidez por el corte de la cadena de pagos y tiene que optar en abonar los salarios o pagar a sus proveedores. Si hace lo primero y “patea” al proveedor, este no le vuelve a vender y no tiene fondos para comprar insumos. Entonces, la situación se agrava porque al no poder producir, no generará ingresos. Financiarse al 60% tampoco hoy es una opción.