Se llama Arturo y tiene 85 años. Habita solo en una muy precaria vivienda de la localidad de Seguí, sin las condiciones básicas para vivir dignamente.
El hombre no posee familiares directos que lo puedan ayudar y esta semana acudió (como otras veces) a la solidaridad policial.
Según contaron los propios agentes de la fuerza , días pasados le consiguieron una heladera, además de una canasta navideña.
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